Lagos.- Un monarca tradicional de Nigeria fue asesinado a tiros este lunes en su palacio en el estado de Imo, en el sur del país africano, según informó la Policía citada este martes por medios locales.
Eze Ignatius Asor, rey de la comunidad de Obudi Agwa, falleció junto a dos ayudantes después de que individuos armados irrumpieran en el palacio.
«La investigación preliminar reveló que los atacantes llegaron en cuatro vehículos y dos motos en compañía de una mujer, disfrazados de personas en apuros, y fueron a reportarle una situación de emergencia» al monarca, explicó el portavoz de la Policía de IMo, Mike Abattam.
«El desprevenido padre real les permitió entrar en su palacio y se sentó con ellos. En el proceso de explicar el motivo de su visita, sacaron armas, dispararon y mataron a Eze y dos de sus ayudantes, y huyeron apresuradamente del palacio», agregó Abattam en un comunicado.
En su huida, los pistoleros atacaron la oficina de un grupo de vigilantes, dispararon contra una persona y se llevaron tres motocicletas.
Las fuerzas de seguridad indicaron que los atacantes son «matones sospechosos» de ser miembros del grupo separatista Pueblo Indígena de Biafra (IPOB) y su milicia afiliada, Red de Seguridad del Este (ESN).
El IPOB, declarado «organización terrorista» por el Gobierno nigeriano, apoya la secesión de las zonas del sur y suroeste de Nigeria que formaron la República de Biafra (1967-1970).
Las autoridades han culpado al IPOB de ataques contra las fuerzas de seguridad, las cárceles y las instalaciones de la Comisión Electoral en la región del sureste.
La tensión en esta zona data desde el 30 de mayo de 1967, cuando, en medio de crecientes tensiones étnicas debido a sucesivos golpes de Estado, el gobernador de la región Oriental de Nigeria, Emeka Ojukwu, anunció la creación de la República de Biafra para proteger a la etnia igbo, objeto de matanzas en el norte del país.
El Gobierno militar nigeriano intentó recuperar el control por la fuerza, dando lugar así a la guerra civil de Nigeria (1967-1970), que causó cerca de dos millones de muertos, principalmente debido a la hambruna que asoló la región por un bloqueo de dos años.