Merecemos otra sociedad humana, ¿sí o no?

En el país nuestro, al igual que en cualquier otro con semejantes estructuras, la clase dominante, como dueña de la economía, del Estado y de sus instituciones, lo puede todo, de principio a fin, de punta a punta, de cabo a rabo. Ella es todopoderosa.

1.- La República Dominicana, ubicada en la región con más desigualdad de oportunidades en el planeta tierra, está bajo el dominio económico, político y social, de un grupo de adinerados, entre los cuales están unos pocos ricos burgueses; ricos sin formación burguesa y ricos vulgares o ricachones.

2.- Lo que es el pueblo dominicano, está constituido por una mínima de la clase obrera; trabajadores del campo y la ciudad; un abanico de capas medias; chiriperos, buscamoro y desocupado.

3.- El ordenamiento económico bajo el cual está sustentada la sociedad donde vivimos,  a cada instante genera pobres por pipa, por montones, y tiene una ética y moral degradada hasta el tuétano.

4.- Las ideas que predominan en nuestro país, la que forman la conciencia social, están determinadas por la base económica que hace fuerte a los del poderío, a esos que tienen la posibilidad de hacer o no hacer, componer y descomponer, que no son otros que los dueños del Estado y el gobierno entero.

5.- Aquellos que aquí tienen el poder lo han disfrutado como ricos, potentados, acaudalados, en fin, siempre en la opulencia, y a costa de los pobres, que en número considerable es el pueblo.

6.- En el país nuestro, al igual que en cualquier otro con semejantes estructuras, la clase dominante, como dueña de la economía, del Estado y de sus instituciones, lo puede todo, de principio a fin, de punta a punta, de cabo a rabo. Ella es todopoderosa.

7.- En el medio social dominicano, los grupos que lo pueden todo, los soberanos. Son responsables, sobre ellos recae lo bueno de la sociedad, pero también lo malo; la conducta del bendito y la del malévolo; el que se comporta como buena gente y el que hace de abyecto, de pérfido.

8.- La sociedad donde estamos accionando, es la que tiene una clase dominante que decide qué hora es; resuelve a su manera el sistema de salud, educación, de seguridad personal y de bienes. Ella es la que establece cómo ha de funcionar el servicio judicial, la política y los cuerpos represivos.

9.- Esos grupos dominantes, que se creen estar bendecidos por su Dios, se suponen ser una maravilla, algo más que una delicia. Ellos pretenden desconocer que están dirigiendo y aprovechándose de un modelo económico poseído del demonio, sumamente perverso.

10.- Aquellos que aquí son los dueños del poder, idealizan dominar un paraíso terrenal, pero resulta que la sociedad dominicana no es una gloria. Estamos viviendo en un ambiente muy malo, algo infernal.

11.- En la República Dominicana, los que se benefician del poder absoluto siempre han gobernado a un pueblo cargado de pobreza; haraposo, enfermo y sin esperanza de cura; al margen de un buen sistema educativo; ninguna garantía de techo, en sí, llevando una existencia amarga, que lo convierte en agriado muy entristecido.

12.- Un orden social caduco, con una moral de cafres, necesariamente lanza a las calles a antisociales a practicar asaltos y otras acciones criminales de las más variadas calificaciones.

13.- Un sitio donde la mercancía dinero es la medida de la moral y el respeto, prolifera el hombre ricachón que sobresale porque, como vulgar opulento, le basta tener cuartos, aunque baja conducta.

14.- Nada de engañarnos, sorprendernos, ni hacernos los pendejos. Lo que a diario estamos presenciando, como el caso de la niña Willenni Lorenzo, y otros que horrorizan, son muy propios, característicos, el sello distintivo de la sociedad dominicana de hoy.

15.- Esta sociedad dominicana tiene su modelo económico, su clase dominante, su moral, su Estado, sus instituciones, sus partidos, sus políticos, su sistema educativo y de salud, sus pobres, así como sus delincuentes diarios y de ocasión.

16.- Todo aquel que considere que la sociedad dominicana actual merece ser santificada, elevada a los altares, rendirle culto, que me perdone, pero es mi creencia que en lugar de glorificarla, debemos desaprobarla por entero. Merecemos otro tipo de sociedad humana.