Roma.- La actriz italiana Monica Vitti, conocida por sus papeles cómicos y musa de grandes directores como Mario Monicelli y Michelangelo Antonioni, falleció hoy en Roma a los 90 años.
Su fallecimiento fue confirmado por el político Walter Veltroni, un apasionado del cine que se ha convertido en portavoz del compañero de la actriz durante 40 años, Roberto Russo, para comunicarlo.
Vitti fue la musa en la conocida como «Trilogía de la incomunicación» de Antonioni: «L’Avventura» (1960) -su debut en Cannes-, «La notte» (1961) y «L’eclisse» (1962) y también divirtió al público con cintas como «La ragazza con la pistola» (1968), de Mario Monicelli; «Dramma della gelosa» (1970) de Ettore Scola, y «La cintura di castità» (1967) o «Amore mio aiutami» (1969), de Alberto Sordi, con quien fraguaría una amistad eterna.
“Adiós a Monica Vitti, adiós a la reina del cine italiano. Hoy es un día realmente triste, desapareció una gran artista y una gran italiana”, escribió el ministro de Cultura italiano, Dario Franceschini.
Maria Luisa Ceciarelli, su verdadero nombre, fue un referente imprescindible para todas las actrices que la sucedieron y cubrió toda la gama de personajes femeninos del cine italiano, como la burguesa, neurótica y afligida por la incomunicabilidad para las películas de Antonioni, pero también la «romana», enamorada de la vida, de alegría contagiosa en las cintas que la vieron de pareja cinematográfica con Alberto Sordi.
En los últimos años, debido a una enfermedad degenerativa, preservó totalmente su privacidad, pero conservó un fuerte vínculo con el mundo del cine que festejó el pasado noviembre sus 90 años con exposiciones fotográficas y reseñas de sus más de cincuenta películas.
En una carrera extraordinaria, Vitti logró todos los premios importantes del cine italiano, así como un León de Oro a la carrera en el Festival de Venecia, un Oso de Plata en el Festival de Berlín y una Concha de Plata en San Sebastián.
Tras una infancia pasada en Sicilia, por el trabajo de su padre, la actriz romana debutó en el 1955 con un pequeño papel en «Adriana Lecouvreur» de Guido Salvini y cinco años después se convirtió en la musa de Antonioni para la primera de cuatro películas sobre la incomunicabilidad: «L’avventura».
En la década del 60 probó con la televisión y fue sonado cuando dimitió de su participación en el jurado de Cannes de 1968 en solidaridad con los manifestantes de la Nouvelle Vague.
Es en ese momento que decide darle un corte a su imagen más consolidada y abraza la idea de la comedia gracias a Mario Monicelli quien quiere que sea la protagonista de “»La ragazza con la pistola», que se convirtió en uno de sus grandes éxitos.
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