Madrid.- Con más de 70,000 términos, digital, actualizado y de acceso libre, así es el primer diccionario con lenguaje médico común para facilitar la comunicación y evitar malos entendidos entre la población y los profesionales médicos de España y América.
Este manual, presentado este lunes en Madrid, ha sido promovido por la Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME) y la Asociación Latinoamericana de Academias Nacionales de Medicina, España y Portugal (ALANAM).
El diccionario recoge «la riqueza del léxico biomédico de habla hispana» y, de esta manera, «consolida el español como lengua de comunicación científica del conocimiento médico y sanitario», señaló el presidente de la RANME, Eduardo Díaz-Rubio, en la presentación.
«Romper la fuente» o «Romper aguas»
La coordinadora de la Unidad de Terminología Médica de la RANME, Cristina González, explicó que, aunque el lenguaje científico une más que diferencia a los hispanohablantes, existe mucha variedad en la denominación de instrumentos, síntomas y enfermedades comunes.
Por ejemplo, «romper la fuente» significa «romper aguas» en países como Argentina, Bolivia, Chile o Colombia, entre otros; «zafadura» es «luxación» en Costa Rica, Ecuador o Perú; y «lentes de contacto» son «pupilentes» en México y Paraguay.
También se ha intentado que en aquellos casos donde existía un alternativa en español, esta se recomiende por encima del anglicismo; como «gripe» o «gripa» por encima de «influenza» o «flu», o «proteína de la espícula» y no «proteína spike».
El presidente de ALANAM, Germán Gamarra, destacó la necesidad de «romper las barreras lingüísticas», donde la multiculturalidad en España es cada vez mayor: «Se ha diseñado un sistema claro y riguroso para reflejar los usos comunes, además de reflejar las peculiaridades y diferencias del ámbito panhispánico».
Por su parte, uno de los codirectores del diccionario, Antonio Campos Muñoz, insistió en que la comunicación juega un «papel clave», ya que los pacientes a veces llegan con «angustia y ansiedad» a las consultas porque no saben qué les ocurre y no saben expresarse, o salen con dudas porque no han comprendido bien el lenguaje que el médico ha expuesto.
Por ello, Campos destacó que el nuevo diccionario es fundamental porque «engloba todos los términos médicos, refleja la diversidad y da voz a millones de personas hispanohablantes que acuden a la consulta del médico buscando ayuda».
Por su parte, José Miguel García Sagredo, otro de los codirectores de este volumen, expuso que el diccionario va a estar «permanentemente actualizado» y será de ayuda para más de 500 millones de hispanohablantes, además de para profesionales y estudiantes de Medicina y Ciencias de la Salud.
En el proyecto han participado las Academias de Medicina de doce países latinoamericanos: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.
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