Redacción Internacional.- Los efectivos de rescate marroquíes continúan este viernes por tercer día consecutivo los trabajos a contrarreloj para rescatar a Rayan, el niño de cinco años que cayó el pasado martes 1 de febrero al interior de un pozo de 32 metros de profundidad y 45 centímetros de ancho.
Según la prensa local, los expertos de salvamento ya se encuentran a 29 metros de profundidad, a solo tres de alcanzar al pequeño, del que no hay confirmación sobre su estado de salud pero los medios marroquíes señalaron este jueves por la noche que el niño sigue vivo aunque no se movía, y las imágenes transmitidas en directo mostraban a los efectivos marroquíes que suministraban oxígeno y agua con azúcar a Rayan.
Rayan cayó el pasado martes al interior de un pozo de 32 metros de profundidad y 45 centímetros de ancho cercano a su vivienda en la aldea de Ighran, situado a unos 70 kilómetros de la ciudad norteña de Chauen. El padre indicó que el pozo estaba cubierto con un barril, pero que el niño lo debía haber movido de su sitio antes de caerse dentro.
Cuando comprobaron que el niño estaba en su interior, afirmó, alertaron a las autoridades. Varios voluntarios intentaron acceder al fondo cogidos por una cuerda, pero el pozo es tan estrecho (entre 30 y 45 centímetros) que se quedaron encajados en el camino.
Paralelamente, varias máquinas comenzaron a excavar el terreno junto al pozo para conseguir llegar a los 32 metros de profundidad. La idea es, en ese momento, excavar otro túnel perpendicular al mismo para acceder a la cavidad donde está Rayan.