I.- Esos que sobresalen en el ambiente
1.- La persona que no sirve, la moralmente inservible, se siente de maravilla viviendo en la República Dominicana, por la fascinación que le producen las inconductas que comprueba a cada instante.
2.- Aquel que goza con estar como quien no quiere la cosa; de lo más natural del mundo; alegre y frívolamente, encuentra en nuestro país a ese compinche basura social, a la escoria que apesta con sus actuaciones.
3.- El insignificante que se siente a gusto en una sociedad en decadencia, tiene aquí al ridículo y extravagante, al bufón que divierte a los que procuran estar al lado de los que hacen de lumpen, el subproducto de una sociedad capitalista ya podrida.
4.- El ambiente nacional dominicano, es el adecuado para ese individuo que muy bien ha asimilado el proceder del granuja, porque tiene como línea de acción la trampa, las malas artes y cuántas operaciones son propias del jugador de ventajas, el sucio.
5.- Ese jurel que se adapta al nuevo mundo dominicano, el de ahora, puede decir que ha caído como anillo al dedo, de perlas, porque esto le cuadra como si lo hubiera mandado a pintar, a su gusto.
6.- El sitio donde hoy compartimos mansos y cimarrones, es bien recibido el lioso, ese charlatán que tiene muchos éxitos porque sabe dar coba, adula y es un infatigable cobero.
7.- Porque la desfachatez es muy bien valorada en el círculo de los sinvergüenzas, el nuestro es un lugar adecuado para el deshonrible que ocupa espacio especial dentro de los desfachatados.
8.- Aquí, es cuestión de estar formado para como humano ser poca cosa. Cada quien permanece contento donde es de su agrado, como aquel que es una porquería, aquí está como pez en el agua, de chuparse los dedos, a pedir de boca, como en la gloria.
II.- La nuestra, sociedad de diferentes conductas
9.- Por ser la sociedad dominicana policlasista, en ella hay personas con conductas diferentes. Son distintas en su forma de pensar y actuar. Se puede decir que estamos juntos, pero no actuamos iguales.
10.- Esa es la realidad. En el país estamos conviviendo ciudadanas y ciudadanos moralmente sanos y podridos, aquellos que causan afrenta y los que honran a su país. No hay término medio: nos topamos con el que denota y el que sirve para ser alabado.
11.- En cualquier espacio físico estamos expuestos a estar compartiendo con la persona íntegra, como también con la corrupta.
12.- El lugar donde estamos hoy es el adecuado para el bondadoso, el que es bueno, pero también es el ideal para que lo disfrute plenamente el vicioso, sí, ese que ha asimilado las peores taras sociales.
13.- No hay de otra. Esto es lo que tenemos fruto de un orden social en decadencia, que crea degeneración desde arriba hasta abajo, mostrando lo que ha parido: muchos corrompidos, depravados, como también hombres íntegros, puros, de una sola pieza.
14.- Como sociedad, la dominicana da para todo. En ella nos encontramos con ese que es modelo, merecedor de elogios por portarse con dignidad, pero es posible que a su lado esté el que es una rémora, la vileza hecha persona.
15.- Sin mucho esfuerzo, nos estamos dando cuenta que, como si nada, hemos aceptado de la manera más normal, tratar con igual respeto y consideración al decoroso como al impúdico. Así por así, nos codeamos con el honorable y el tigre, ese que es deshonesto.
Idea final
16.- Lo que nos queda es reflexionar, concentrarnos a pensar si debemos seguir como hasta ahora, o accionar, luchar para llegar a formar un mejor ser humano, sano de sentimientos y acrisolada conducta.
Recibe las últimas noticias en tu casilla de email