SANTO DOMINGO.– El ministro de Interior y Policía, Jesús (Chú) Vásquez Martínez, admitió que no tienen ningún control sobre los extranjeros que viven de manera irregular en el país y que por esa razón empezaron en el día de hoy a inaugurar las primeras oficinas de registro de ciudadanos de otras naciones que residen en el territorio nacional. De igual manera sostuvo que las autoridades están llamadas a saber cuántos son los ciudadanos de otro país en República Dominicana, quiénes son y dónde están.
El funcionario advirtió que actualmente la principal amenaza que tiene RD es Haití y que el Gobierno, junto a los demás sectores, están llamados a “defender el suelo patrio y tener identificados a quiénes están en nuestro territorio”.
“No podemos seguir viviendo en un país como chivos sin ley. Es decir la República Dominicana no puede seguir con ciudadanos extranjeros que viven en nuestro país y no tenemos ningún tipo de control sobre ellos”, dijo Vásquez Martínez.
El funcionario encabezó en la mañana de este lunes la inauguración en Dajabón de la primera oficina de registro de extranjeros desde donde se trasladó a Elías Piña a hacer lo mismo. Agregó que las dos oficinas de registros son las primeras de un total 40 que dispondrá el país, principalmente en las gobernaciones provinciales.
Afirmó que si los extranjeros se trasladan de un lugar a otro deben notificar sus movimientos y que registro no implica regulación porque, según explicó, son procesos diferentes.
“Quiero precisar que dicho registro no implica regulación, quiero que eso quede claro, saber dónde están, quienes son no quiere decir regulación son procesos totalmente diferentes e identificar al ciudadano que reside en República Dominicana de manera irregular porque de los que están de manera regular se tiene control sobre ellos. Los que están de manera irregular no se tiene control sobre ellos”, dijo.
Agregó que el apoyo de todos los sectores es fundamental para el avance y el desarrollo del país porque sin seguridad no se puede resguardar las fronteras y, por ende, tampoco garantizar la soberanía.