Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.
Nosotros los seres humanos muchas veces nos vanagloriamos en ver y criticar los defectos de los demás, y a veces nosotros tenemos más defectos que aquellos a los cuales criticamos.
El Evangelio de San Mateo, Capítulo 7, Versículos del 1 al 7 nos exhorta a quitarnos la viga que tenemos en nuestro ojos antes de quitar la mota del ojo del hermano; esto nos da a entender que primero debemos mirar los defectos nuestros, antes de hablar y criticar los defectos del prójimo.
Les voy a contar una historia que me dijeron una vez. Cierto día un profesor entró en el aula de clases y les dijo que se prepararan para una prueba inesperada. Todos los alumnos se sentaron en sus correspondientes pupitres aguardando temerosos el examen que venía. Entonces el profesor fue entregando el examen con el texto boca abajo, como era su costumbre.
Después de que todos los alumnos recibieron la hoja, pidió que le dieran la vuelta. Sorprendentemente para todos, no había ninguna pregunta o texto escrito en la hoja; la solo un punto negro en el centro de la hoja. El profesor, viendo la expresión de sorpresa que todos tenían, dijo lo siguiente: Ahora ustedes, van a escribir un comentario sobre lo que están viendo. Todos los alumnos, confundidos, comenzaron entonces la curiosa y extraña tarea.
Terminado el tiempo, el maestro recogió las hojas, se puso delante del salón de clases y comenzó a leer las redacciones, una a una, en voz alta.
Todas las pruebas, sin excepción, habían el punto negro, intentando dar explicaciones de su presencia en el centro de la hoja. Terminada la lectura, con el aula en silencio, el profesor comenzó a explicar; esta prueba no cuenta para sus notas; solo sirve de lección para todos. Nadie en este salón ha escrito de la hoja en blanco que es lo que más se ve. Todos han centrado su atención en el punto negro.
Esto quiere decir mis queridos lectores que nunca nos fijamos en las cosas buenas que los demás tienen, siempre nos fijamos en las cosas malas que hacen los demás y que son las menos.
Aquel profesor hizo tomar conciencia del hecho frecuente de centrar nuestra atención en la mota que tienen en los ojos los demás mientras olvidamos la viga que tenemos nosotros, que nos impide ver lo mucho que hay de bueno en la creación y en la personas. Hemos llegado al punto que las buenas noticias en la radio, televisión y en la prensa, no nos llaman la atención; estamos a la expectativa, a la caza de las malas noticias y estas son las que impactan y que ponemos o decimos.
Termino pidiéndoles que se lean el Evangelio de San Mateo, Capítulo 7, Versículos del 1 al 5, y que mediten un poco sobre el mismo.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.