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Nuevo giro en el juicio de Menéndez: ¿Irá al jurado el caso?

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NUEVA JERSEY, Estados Unidos.-Se espera que el juicio de corrupción federal del senador Bob Menéndez dure varias semanas más, pero un crítico comentario del juez que preside el caso ha renovado las dudas sobre si llegará incluso al jurado, según observan Laura Jarrett y Sarah Jorgensen, de CNN Expansión.

“Estoy siendo muy cuidadoso, porque usted sabe, está el caso McDonnell”, dijo el juez William Walls la semana pasada, al lanzar el equivalente legal de un trueno en la sala del tribunal.

Indica que el juicio se reanudará el martes (hoy) para su sexta semana, aunque el tribunal sólo ha estado en sesión 16 días hasta ahora.

La bomba “McDonnell” que Walls lanzó es un caso de la Corte Suprema de 2016 que rechazó unánimemente la condena por soborno del exgobernador del GOP Bob Glynn de Virginia, resultado que ha producido una mina de oro de litigios para abogados defensores que buscan levantar veredictos de culpabilidad en casos de corrupción.

Un grupo de ex funcionarios gubernamentales de ambos partidos, entre ellos el demócrata Luis Jefferson, el presidente de la Asamblea del Estado de Nueva York Sheldon Silver, y el líder republicano de la mayoría del Senado, Dean Skelos, se han beneficiado de las consecuencias del caso McDonnell con condenas revocadas recientemente.

Los abogados de la defensa de Menéndez, un demócrata de Nueva Jersey, intentaron que el caso del senador fuera rechazado antes del juicio usando McDonnell, pero Walls aplazó la decisión sobre la moción en ese momento, diciendo que necesitaba ver cómo se desarrollaron las pruebas en el juicio.

Ahora, en un juicio que podría durar hasta pasado el Día de Acción de Gracias, las reflexiones del juez se convierten en un recordatorio de la pesada carga a la que los fiscales deben llegar para probar su caso.

“Acciones oficiales”

El centro del caso del Departamento de Justicia descansa en una teoría de que Menéndez aceptó contribuciones políticas, viajes gratis en aviones privados y una lujosa suite en París de un médico rico de la Florida, el Dr. Salomón Melgen. A cambio –argumenta−, el senador accedió a usar el potencial de su oficina para alentar a otros altos funcionarios federales en el Poder Ejecutivo para ayudar a resolver problemas empresariales de Melgen –“actos oficiales” que los fiscales alegan que ponen a Menéndez en el anzuelo por soborno bajo la ley federal.

Tanto Menéndez como Melgen niegan los cargos.

El desafío para los fiscales es que la Corte Suprema en el caso McDonnell redujo los tipos de “actos oficiales” que pueden constituir la base del crimen.

Los jueces dijeron que simplemente “organizar una reunión, auspiciar un evento, o llamar a un funcionario” ya no es suficiente −el político debe poner su pulgar en la balanza en un proceso en curso, demanda o controversia, o “ejercer presión” sobre otra persona para que lo haga.

“Se necesita pruebas de las cuales un jurado pudiera razonablemente inferir que (Menéndez) buscaba un acto oficial”, dijo el profesor Zephyr Teachout, de la Facultad de Derecho de Fordham, un excandidato demócrata al Congreso que imparte clases sobre leyes de corrupción.

“Eso no significa que necesites que alguien en particular diga ‘yo sabía que él estaba buscando un acto oficial x o y’ −puede incluir evidencia circunstancial”, agregó.

Los fiscales acusan al senador Robert -Bob- Menéndez específicamente de forzar a los funcionarios a hacer cambios en la política de salud nacional que habrían derivado en un resultado favorable en la multimillonaria disputa de Melgen con los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid. La acusación también alega que el senador alentó a los funcionarios del Departamento de Estado a interceder en una disputa de contrato que Melgen tenía con el gobierno de República Dominicana para la inspección de la carga en los puertos de la isla.

Para probar su caso, los fiscales han introducido montones de correos electrónicos, registros de vuelo, formularios de aduanas, recibos de tarjetas de crédito, facturas y folletos de hoteles de lujo. Han llamado a 35 testigos hasta ahora, incluyendo agentes del FBI, pilotos, al exsenador demócrata Tom Harkin, la exsecretaria de Salud y Servicios Humanos Kathleen Sebelius, el ex embajador de EE.UU. en Guatemala Todd Robinson y a un grupo de antiguos miembros del Congreso.

No se espera que sea llamado un testigo: el ex líder de la mayoría del Senado Harry Reid, quien fue parte de una reunión sobre las reglas del Medicare con Menéndez y Sebelius.

“El elefante en la cristalería”

El equipo de la defensa no niega los regalos intercambiados entre los dos viejos amigos, Menéndez y Melgen, pero por el contrario dice que no se produjeron acciones ilegales, en gran medida, porque el senador −que los abogados recuerdan al jurado no tenía poder para resolver las disputas comerciales de Melgen como un legislador− tenía preocupaciones políticas más amplias en mente cuando él contactó con funcionarios de la rama ejecutiva.

Melgen enfrentó una demanda de reembolso de US$8,9 millones por parte de CMS relacionada con su práctica de facturación para el medicamento para los ojos Lucentis y los fiscales acusan a Menéndez de ejercer presión sobre varios funcionarios para que el caso se desestimara.

Pero los abogados defensores han provocado con frecuencia testimonios que sugieren que Menéndez no fue un defensor particularmente exitoso, puesto que los testigos han declarado de manera uniforme que nunca aceptaron ayudar a Melgen, a pesar de las reiteradas súplicas de Menéndez y de su personal, y otros dicen que simplemente no podían determinar lo que quería decir con su preciso “pedir”.

“Yo no sé exactamente lo que él quería, aparte de que yo hiciera algo”, dijo Sebelius a los jurados sobre una reunión en 2012 a la que asistió con Menéndez y Reid.

“Había confusión sobre lo que estaban pidiendo que hiciera nuestra oficina y yo no estaba claro en eso”, agregó un ex ayudante de Reid cuando se le preguntó si Menéndez quería que los funcionarios “interfirieran” en el caso de Melgen.

Múltiples testigos también han dicho a los jurados que la preocupación de Menéndez –al menos la que les expresaba a ellos− era que él veía las prácticas de facturación del CMS como injustas y que resultaban en una ganancia caída del cielo para las compañías farmacéuticas, sin hacer nunca referencia a su amigo o a Lucentis directamente.

Los abogados defensores, y ahora el juez Walls, se han abocado a este hecho.

“(Ningún) burócrata que haya testificado aquí hasta ahora en mi audiencia ha indicado que este senador en particular mencionó el nombre de su supuesto amigo en las reuniones”, dijo Walls. “He tenido mucho cuidado de escuchar eso, porque en las enseñanzas del caso McDonnell, realmente estamos pensando en las cosas”.

Sin embargo, varios expertos legales entrevistados por CNN estaban escépticos sobre que la decisión en el caso McDonnell signifique que Menéndez tenía que hacer referencia a Melgen explícitamente, por su nombre, para que la defensa del senador en nombre de su amigo constituyera un “acto oficial”.

“Menéndez no tiene que hacerlo, porque es el elefante en la cristalería”, dijo Michael Weinstein, ex abogado de juicio en el Departamento de Justicia y ahora en la firma de abogados Cole Schotz en Nueva Jersey. “Mediante la flexión de su músculo senatorial, él logra que la gente esté en una habitación en la que, para empezar, nunca habrían estado”.

Fuente: Acento.com

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