CUBA.- Los obispos de Cuba no son ajenos a las protestas protagonizadas por los ciudadanos el pasado domingo, 11 de julio, debido a la precaria situación económica y social que impera en el país caribeño, acentuada ahora con la covid-19. Tal es la situación que el colapso económico ha provocado un desabastecimiento de medicamentos.
Las escenas recordaban a las del año 1994, última vez en el que buena parte de los cubanos se manifestaron. Más de 50 personas permanecen detenidas, aunque según los medios locales podrían superar el centenar.
Mientras tanto, los obispos apuntan que no pueden “cerrar los ojos o entornar la mirada, como si nada estuviera sucediendo, ante los acontecimientos que ha vivido nuestro pueblo en el día de ayer, domingo 11 de julio, y que en algunos lugares continúan hoy, donde en medio de las restricciones por el aumento de contagio con la covid-19 y, a pesar de ello, salieron a las calles miles de personas en ciudades y pueblos de Cuba, protestando públicamente, expresando su malestar por el deterioro de la situación económica y social que vive nuestro pueblo y que se ha acentuado de manera significativa”.
A juicio de la Iglesia del país caribeño, “el Gobierno tiene responsabilidades y ha tratado de tomar medidas para paliar las referidas dificultades”, pero apunta que el pueblo tiene derecho a manifestarse y expresar públicamente “cómo algunas medidas que han sido tomadas le están afectando seriamente. Es necesario que cada persona aporte su creatividad e iniciativa y que cada familia trabaje por su propio bienestar, sabiendo que cuando eso ocurre, se está trabajando por el bien de la Nación”.
En la nota de prensa, los obispos esperan que estas movilizaciones del domingo no traigan el inmovilismo como respuesta por parte de los gobernantes, ya que ello “contribuye a dar continuidad a los problemas, sin resolverlos”.
Los obispos reclaman al Gobierno «ejercitar la escucha»
Recuerdan los prelados cubanos que a la solución no se llegará mediante la imposición, sino a través de la “escucha mutua, buscar acuerdos comunes y se den pasos concretos y tangibles que contribuyan, con el aporte de todos los cubanos sin exclusión, a construir la Patria con todos y para el bien de todos”, expresan.
Por último, recalcan que la violencia genera más violencia, además de “alimentar rencores que costará mucho trabajo superar”. “Por eso invitamos a todos a no incentivar la situación de crisis, sino con serenidad de espíritu y buena voluntad, ejercitar la escucha, la comprensión y la actitud de tolerancia, que tenga en cuenta y respete al otro para juntos buscar caminos de una justa y adecuada solución”.
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