Ginebra.- Las ONG de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) y Servicio Internacional para los Derechos Humanos (ISHR) celebraron hoy la publicación tras muchos retrasos del informe que denuncia graves abusos de China en su región de Xinjiang, y pidieron aumentar la presión internacional tras este paso «histórico».
El informe, destacó HRW, es una llamada a que los Estados miembros de la ONU y los órganos de ésta tomen partido, por ejemplo con el establecimiento de misiones independientes de investigación que recojan testimonios de víctimas de los abusos denunciados.
«Los gobiernos no deben perder ni un minuto en organizar una investigación independiente y tomar las medidas necesarias para avanzar en la rendición de cuentas, dando a uigures y otros colectivos la justicia que merecen», afirmó en un comunicado el subdirector de HRW para defensa global, John Fisher.
Para el director ejecutivo de ISHR, Phil Lynch, el informe «es resultado de años de presión por parte de uigures y grupos internacionales de derechos humanos, frente a los esfuerzos de Pekín por esconder la verdad».
Tras su publicación, esta ONG pidió que el Consejo de Derechos Humanos celebre un debate sobre la situación en China y afirmó que «las abrumadoras acusaciones deben responderse con abrumadores esfuerzos para que se rindan cuentas».
ISHR criticó el hecho de que la hasta este miércoles alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, esperara hasta los últimos minutos de su mandato para la salida a la luz del informe.
«Su publicación se produce tras un caótico proceso que fue mal manejado por la alta comisionada Bachelet», aseguró la organización en un comunicado, recordando que la oficina que ayer dejó de dirigir la política chilena aseguró hace casi un año que estaba «finalizando» el documento.
«La alta comisionada jugó un juego peligroso, creyendo aparentemente que el diálogo constructivo con China podría ser más efectivo que la denuncia pública de políticas que violan los derechos humanos en Xinjiang y otras zonas», subrayó la responsable de programas de ISHR, Sarah Brooks.
«Al publicar un informe tan importante apenas minutos antes de dejar su mandato, ha cumplido por la mínima, y ahora debemos presionar por que la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, su sucesor al frente de ella y los estados miembros de Naciones Unidas garanticen respuestas para los supervivientes mientras los perpetradores rinden cuentas», agregó.
El informe admite evidencias de que las autoridades chinas podrían haber cometido crímenes contra la humanidad dirigidos contra los uigures y otros pueblos túrquicos de la región noroccidental china de Xinjiang, donde se han denunciado detenciones arbitrarias, torturas, persecución cultural, trabajos forzados y otros abusos.