SANTO DOMINGO.- “Yo perdí la mitad de mi vida, me siento destrozado porque cada mañana cuando me levanto y no la veo, es algo terrible”, fue la expresión con lágrimas en sus ojos y voz quebrantada de José Mateo, padre de Luz Esther Mateo, víctima de la explosión ocurrida San Cristóbal.
Intentando contener el llanto, pero dominado por los sentimientos de un padre que ha perdido a uno de sus retoños , contó a Noticias SIN que a pesar de lograr obtener fuerzas para afrontar la situación, la herida de no poder velar dignamente el cuerpo de Esther Mateo permanece latente en su corazón.
“Lo que me duele más es que si la hubiésemos sepultado por lo menos tuviéramos más consuelo porque le dimos cristiana sepultura, pero es una cosa que se ha luchado y no hemos sabido nada de su cuerpo”, dijo.
Tal y como su nombre lo expresa: “Luz”, así la definió su padre, quien dijo que la joven más que su hija, era su compañera de vida.
“Yo estoy destrozado porque esa muchacha era mi tercera hija y era mi bastón porque a donde quiera que yo necesitara ir, al médico ella era la que andaba conmigo”.
Mientras continuaba conversando, el hombre narró que a pesar de la tormenta en que se ha convertido su vida desde aquel pasado 14 de agosto, agradece a Dios porque le ha dado fuerzas para seguir adelante
“Yo le tenía mucha confianza, estoy herido porque en realidad no puedo ocultar lo que verdaderamente siento. He perdido un ser querido, pero al menos le doy gracias a Dios que me siento fortalecido, conformidad con lo que Dios ha hecho”.
En el mismo ambiente, algunos de los familiares de las personas que perdieron la vida y que aún no han podido ser identificados, aseguran que la prueba de ADN fue realizada el viernes 18 y hoy se cumplió el plazo para conocer los resultados, razón por la que esperan que el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) le ofrezca las informaciones para poder retirar los cuerpos de sus familiares y darle cristiana sepultura.
Asimismo, los familiares de varias de las víctimas manifestaron su disgusto por no tener el cuerpo de sus parientes.
“Hemos entendido que nos han dejado solos en esta lucha”, dijo Elvin, hermano de una de las víctimas de la explosión.
Julio Vitini es otra de las víctimas que aún no ha sido identificado y sus parientes esperan los resultados de ADN para retirar su cadáver del Inacif.
Los parientes de las víctimas exhortaron a las autoridades profundizar las investigaciones y aunar esfuerzos, debido a que según afirman aún faltan 22 cadáveres por entregar a sus familiares.
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