I.- Por la renovación de la sociedad dominicana
1.- Los mejores hombres y mujeres del país deben sentirse comprometidos para con su accionar político y social crear las premisas materiales para resucitar las perdidas virtudes ciudadanas que tanta falta están haciendo en el ambiente nacional.
2.- Se impone restablecer el proceder que ayer exhibió la generalidad de nuestros conciudadanos, lo que les hacía personas distinguidas por sus correctas actuaciones. Debemos reactivar esos valores que caracterizan a los comunitarios de bien.
3.- Regenerar, renovar lo que da a conocer un país compuesto por entes sociales bien estimados, que está haciendo falta en el ambiente nacional dominicano, y semejante situación no se alcanza bajo cualquier orden económico y social.
4.- A nuestro país hay que relanzarlo, a los fines de que recobre el civismo; estimularlo para que rescate el correcto proceder; haga suya la necesidad de que en él impere la decencia, la hidalguía y el respeto perdido a la honestidad y a la honradez; para que a la conciencia de ciudadanas y ciudadanos retorne su actitud hacia su pasado orgulloso de ser personas confiables por su integridad.
II.- Confiar y preparar a la niñez
5.- Solo formando a la niñez de hoy en el actuar correctamente podemos recomponer el país, y con ello eliminar cualquier posibilidad de mantener la enferma sociedad actual.
6.- Hay que salvar a los que no han quedado atrapados en la red de formación mediocre. Sin una educación integral e instrucción de calidad, no vamos a tener hombres y mujeres educados y, por vía de consecuencia, el nuestro no será más que un país de tarados.
7.- Hay que hacerle comprender a cada niña o niño dominicano de hoy, que va a ser valorado en el futuro, no por su capacidad, talento y patrimonio económico, sino por la posición que haya asumido en cada coyuntura de la vida política y social, al lado de las causas justas.
8.- Las niñas y niños del futuro deben asumir con su país un compromiso social, ético y moral. Revestirse de un espíritu de sacrificio; saber que como miembros de la sociedad donde han nacido, formado y desarrollado, tienen que, además de su actividad laboral como medio de subsistencia, servirles a la comunidad, incidir en la vida pública sin importar las circunstancias.
III.- Compromiso de los padres
9.- La crisis que padece la sociedad dominicana en el orden económico, social, institucional y moral, es sumamente preocupante; y lo peor es que todavía no ha tocado fondo.
10.- El relajamiento en el seno de la familia ha conducido al desenfreno; la degradación ha sido aceptada por muchos padres con indiferencia, lo que lleva a que la depravación se vea como algo normal.
11.- Los padres de familias que delegan en la escuela la formación de sus hijos e hijas, proceden en forma equivocada, porque desconocen que la educación en el hogar es la base fundamental para el comportamiento, en el futuro, de los adultos.
12.- El sistema educativo dominicano, si no fracasó por completo, está por esa vía, por lo menos eso es lo que dicen las estadísticas. El objetivo no es alarmar, pero la verdad es que la situación que estamos viviendo es grave en cuanto a instrucción, aunque se quiere presentar como sin trascendencia.
13.- A los niños y a las niñas hay que educarles para que en el futuro procedan como adultos de actuar sencillo, libres de vicios sociales que, como la arrogancia y el engreimiento, en nada contribuyen a la buena acogida.
14.- El altanero es visto como el individuo de educación limitada, que lleno de vanidad y muy presumido, se cree que está por encima del bien y del mal, y siempre listo para con su trato malvado hacer sentir mal a otro, aunque finalmente termina siendo repugnante.
15.- Al país le conviene tener mujeres y hombres bien criados; con educación excelente y correctamente adoctrinados a los fines de que en sus relaciones con los demás puedan dar demostración de haber sido instruidos para que se comporten con amabilidad, urbanismo y cortesía.
16.- La única forma de dejarle al país un mejor futuro es salvando a nuestras niñas y niños, educándoles para que tengan una conducta que les haga hombres y mujeres de bien para el porvenir.
17.- Civilizar bien a los que en el mañana están llamadas a accionar en distintas actividades públicas y privadas, es cumplir una función social, ya sea como padre o maestro.
18.- Estimular a niños y niñas para que sean productivos, es crearles el sentido de la eficiencia para que aporten al país, sean de utilidad, aptos para desempeñarse con total idoneidad.
Ideas finales
19.- De la buena formación de nuestros muchachitos y muchachitas va a depender que podamos sentar las bases para construir un país nuevo, con personas en condiciones de identificarse con los cambios sociales, económicos, políticos e institucionales a que aspiramos y merecemos.
20.- El ser humano debidamente preparado está en condiciones de hacer causa común con las fuerzas motrices que en cada coyuntura histórica se adhieren con los que levantan la voz demandando transformaciones.
21.- En los hogares y en las escuelas hay que ir formando el ser humano sensible, afectivo, para que aprenda a hacer suya la idea de la solidaridad, que es la más alta expresión de sensibilidad.
22.- Ser solidario, fraterno, entraña estar al lado de las causas justas, e impulsa a respaldar los movimientos de contenido social. Educar en la adhesión elimina la posibilidad de aceptar el egoísmo, el individualismo y el particularismo, así como todo aquello que motiva indolencia y dejadez.
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