Después de las Primarias y a fin de garantizar un sistema de votación que no pudiera ser objetado por ningún partido ni candidato, el presidente de la Junta Central Electoral informó la decisión de pleno de utilizar el que contase con el consenso de todos los partidos.
Aunque hubo alguna que otra voz que cuestionó la decisión alegando que el organismo debía aplicar la autoridad de que está investido para imponer el que estimase conveniente o aquel que contase con la aprobación mayoritaria de las agrupaciones participantes en la contienda, la propuesta del doctor Julio César Castaños fue la más sensata en tanto buscaba no dejar el menor resquicio posible que pudiera arrojar dudas sobre la transparencia de los resultados, especialmente en las elecciones presidenciales y congresuales.
Sin embargo, los días posteriores a ese anuncio demostraron en la práctica la imposibilidad de lograr un unanimidad sobre el sistema emplear. No obstante que la mayoría de los partidos se han mostrado favorables a emplear el automatizado utilizado en las Primarias, las agrupaciones alineadas bajo el liderazgo del ex presidente Leonel Fernández han mantenido su postura de volver al tradicional de conteo manual.
Ahora, por consiguiente, en base a esa situación, el pleno de la Junta ha propuesto de manera formal emplear en las elecciones municipales programadas para mediados de febrero próximo, ambos sistemas, o sea, el automatizado y el de conteo manual del cien por ciento de la votos depositados confrontándolos con la cantidad de electores inscritos en el padrón. Los resultados finales no se darían hasta finalizar el conteo físico.
La propuesta de la Junta ha sido enviada a todos los partidos con plazo terminante hasta el próximo lunes a las 6 de la tarde para que estos depositen su parecer. De esperar que esta fórmula obvie cualquier obstáculo, no se presenten objeciones y resulte de plena aceptación.
Si bien más laboriosa y costosa, la fórmula de doble sistema acordada por la Junta otorga mayor solvencia y credibilidad a los resultados electorales una vez que finalice el conteo de los votos depositados en las urnas y se crucen los resultados del manual con los arrojados por el automatizado. Obviamente tendrían que coincidir, o presentar una diferencia tan reducida que no de margen a alterar el sentir mayoritario de la población votante, ni a ningún tipo de duda o cuestionamiento.
Dado que ya estamos a menos de tres meses de unas complejas y muy trabajosas elecciones municipales donde estarán en juego miles de cargos electivos y una cantidad cuatro a cinco veces mayor de aspirantes a ocuparlos, lo que supone una pesada carga de trabajo para la Junta es de esperar que los partidos contendores le extiendan su aval sin demoras ni trabas. En caso contrario, es de suponer que la Junta se vería obligada a tomar la decisión que estime más conveniente, so pena en contrario de ver afectada la óptima organización del proceso.
En definitiva, con la fórmula propuesta, aplica el principio de que lo que es igual no es ventaja. Por consiguiente, cabe afirmar respecto a la misma que “mejor de ahí, se daña”.