Los parientes de Luis Miguel García Hernández explican que lo reportaron como desaparecido el 22 de febrero pasado.
Fue tras una semana de intensa búsqueda entre familiares cuando la madre del joven recibió información del hallazgo de un cuerpo en el Río Ozama.
Allí, entre las aguas, Luis Miguel García Hernández fue encontrado envuelto en una sábana y amarrado con sogas a bloques de concreto.
“Estaba arropado y todo, y como quiera, supe que era mi hijo. Y pasé el día en la orilla del río”, narró Elizabeth Hernández, madre de la víctima.
“Lo que sabemos es que no lo mataron y lo encontramos tirado en el río. Como mismo se comentaba que estaba tirado con un block, así lo hallamos, lo hallamos amordazado y amarrado, envuelto en una sábana”, Hilario García, padre de Luis Miguel.
En medio la consternación, los parientes reclamaron a las autoridades dar los responsables del crimen.
“Justicia, porque una muerte así no se le desea ni a peor enemigo que uno tenga en la vida”, clamó Hernández.
“Y esperamos que quien lo hizo, que quien lo hizo que pague. Tanto el Señor Divino como la justicia terrenal que se encarguen de ello”, agregó García.
Aseguró desconocer que su hijo tuviera conflictos con alguien.
“Todo el mundo lo quería allá en el barrio”, sostuvo la madre del fallecido.
Explicaron que lograron identificar los restos de su pariente por varios tatuajes y el estilo de su peinado.
Los restos del joven permanecen en la sede de Insitituto Nacional de Ciencias Forenses del Cementerio Cristo Redentor para los fines de autopsia.
A García Hernández, le sobrevive un niño de tres años en la orfandad.
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