Me alegró que Frank Moya Pons, con su autoridad como historiador y académico, haya denunciado el preocupante activismo pro-haitiano y anti-dominicano que muestran algunos intelectuales locales y extranjeros.
Moya Pons habló en el acto de la Academia de la Historia al recibir como miembro de número a Miguel Reyes Sánchez, cuyo discurso fue sobre las barbaridades de Dessalines en su invasión a Santo Domingo en 1805. Tiene razón Frank. Los criollos con oicofobia elogian al dictador Boyer pero desdeñan a nuestro héroe Núñez de Cáceres. Justifican las horrorosas matanzas de Dessalines pero ningunean el heroísmo de Sánchez Ramírez, vencedor en Palo Hincado.
Quizás lo más insólito es cómo propalan la idea foránea de que la raza o color de la piel son más importantes, para la identidad o cohesión nacional, que los componentes de la cultura: religión, lengua, tradiciones y, además, la memoria colectiva. Hay regiones de África donde todos son negros y llevan siglos matándose por diferencias culturales pese a compartir raza y negritud. El buen patriotismo requiere conocer la historia.
Recibe las últimas noticias en tu casilla de email