Julio Sosa transformó su hogar en un espacio seguro para más de 500 pericos
Perico House: Un Refugio de vida y esperanza en Santo Domingo
Santo Domingo.- En el corazón del Distrito Nacional, un hogar común se ha transformado en un refugio para los pericos de La Española, una especie endémica que enfrenta amenazas a su preservación.
Julio Sosa, quien llegó a Santo Domingo hace más de 16 años desde Santiago, nunca imaginó que su rutina cotidiana se vería transformada por el vuelo de estas aves.
“Yo que detestaba la capital y hoy mira, aquí hemos hecho vida”
Julio Sosa
Protector de aves
Hace casi tres años, el vuelo constante de los pericos sobre su terraza despertó la curiosidad de Julio.
Lo que comenzó como un gesto improvisado colocar un comedero con semillas se convirtió en un vínculo profundo.
“Primero vinieron dos, luego busqué girasol, y hoy vienen más de 500 animalitos”, explica Julio.
El desplazamiento de estas aves hacia la ciudad no es casualidad: la pérdida de su hábitat natural las obliga a buscar alimento y refugio en entornos urbanos.
“Ellos también tienen derecho a vivir en el planeta igual que nosotros; si han emigrado a la ciudad, es buscando sobrevivir”, señala Sosa.
La terraza familiar dejó de ser un simple espacio doméstico para convertirse en territorio compartido. Julio dedica su tiempo a alimentarlos, interactuar con ellos y aprender sus hábitos.
Con el tiempo, llegó a reconocer a cada uno, creando historias y afectos: Fifi, la primera en confiar, Paquito, Raquelito, y Papo, quien se volvió famoso en redes sociales.
“Es como cuando un sueño, tú te propones algo y lo logras”
Perico House trasciende lo personal: se ha convertido en un espacio que educa, inspira y genera conciencia sobre la protección de las especies endémicas. Julio hace un llamado a las autoridades y a la sociedad para garantizar la preservación de estos animales:
“Si no se cumplen las leyes, nos va a pasar como en Haití, hay que protegerlos, no capturarlos”, advierte.
Detrás de este proyecto, también hay amor y acompañamiento. La esposa de Julio, inicialmente escéptica, hoy reconoce el impacto positivo del refugio:
“Por amor a él lo acepté y hoy me siento bendecida, es medicina para el alma”
Diana Espinosa
En un proceso personal doloroso, estas aves se convirtieron en un símbolo de luz, libertad y esperanza, llenando el hogar de la familia Sosa Espinoza de alegría y propósito cada mañana.