Santo Domingo.- Volver a caminar para concluir sus estudios universitarios es el anhelo de dos hermanas oriundas de Higüey que padecen distrofia de cintura. Su preocupación es no contar con los recursos para costear el tratamiento con el cual podrían lograr ese objetivo.
Manuela y Esmarlin Vilorio no solo comparten lazos sanguíneos, también tienen en común el sueño de tener una carrera universitaria.
Sin embargo, su camino a esa meta se ve en pausa al padecer una distrofia de cintura que les impide caminar.
Manuela Vilorio, una de las hermanas afectadas, dijo que ella trabajaba normal, «yo trabajaba, estudiaba, todo, tuve que dejarlo todo porque me caía bastante es tan tal que el cráneo lo tengo arriba desbaratado porque me caí y me di un golpe».
Asimismo, Esmarlin Vilorio expresó que «me fatigaba mucho subiendo los escalones, y si había alguna actividad en el piso siempre tenía que buscar a amigos que me ayudaran a pararme».
La travesía de las hermanas Vilorio inició cuando ambas tenían 18 años de edad.
Manuela de 27 años, es amante de la gastronomía, mientras que Esmarlin, de 22, quiere ser Ingeniera Civil.
«Quiero sentirme útil hacia la sociedad porque lamentablemente es muy estresante tu estar en tu casa no poder aportar nada», dijo Esmarlin Vilorio.
Manuela, indicó que «yo tengo un bebe de 9 años y yo a veces me siento triste porque no puedo darle lo que yo quiera, él a veces me pide mami yo quiero esto y no puedo dárselo, me siento impotente yo estaba contenta cuando lo tuve a él voy a estudiar, trabajar y voy a echar para lante para mantener mi hijo, pero me pasó esto».
La fe de que sus hijas volverán a caminar, le da la valentía a Glenis Mercedes, para enfrentar las dificultades y trasladarlas cada mes desde Higüey a un centro de salud en Santo Domingo.
«Necesito una mano amiga que Dios lo toque y nos pueda ayudar, tengo una batalla fuerte», expresó Glenis Mercedes.
Para colaborar usted puede comunicarse al teléfono 829-752-6616 o depositar al número de cuenta del Banco de Reservas 9603220041.