REDACCIÓN.- Cada cuatro años, un día adicional es agregado al calendario gregoriano. Se trata del 29 de febrero, también conocido como día bisiesto, ya que aparece en los años que llevan esta denominación.
¿Por qué hay un día extra cada 4 años?
La razón de este ajuste está relacionada con la duración precisa de un año solar, es decir, el tiempo que tarda la Tierra en completar su órbita alrededor del Sol.
Un año solar tiene, en promedio, una duración de 365 días, 5 horas, 46 minutos y 56 segundos. Sin embargo, el calendario gregoriano establece que un año tiene 365 días. Esta discrepancia de aproximadamente un cuarto de día, si bien parece menor, se acumularía con el tiempo, provocando un desajuste significativo. Por ejemplo, sin el ajuste del año bisiesto, después de 100 años, el calendario se adelantaría aproximadamente 24 días con respecto a las estaciones.
Para corregir esta desviación y asegurar que las festividades y estaciones permanezcan en sincronía con sus correspondientes períodos astronómicos, se introdujo el concepto del año bisiesto. Al añadir un día extra, el 29 de febrero, cada cuatro años, se compensa la mencionada acumulación.
No obstante, la regla del año bisiesto tiene excepciones para lograr una mayor precisión. Aunque generalmente se agrega un día extra cada cuatro años, hay una norma que excluye a ciertos años centenarios. Si un año es múltiplo de 100, debe ser también divisible entre 400 para ser considerado bisiesto. Es por ello que el año 2000 fue bisiesto, pero el año 1900 no lo fue, a pesar de ser divisible entre 4.
¿Por qué un 29 de febrero?
Hace más de dos milenios, en la Antigua Roma, se descubrió que el calendario no estaba del todo sincronizado con el año solar.
Es por ello que Julio César le pidió al astrónomo Sosígenes que le ayudara a crear una alternativa al calendario romano que representara con precisión la rotación de la Tierra. Así surgió el calendario juliano, bautizado en honor a quien lo propuso.
El nombre bisiesto proviene del latín “ante diem bis sextum Kalendas Martias”, (sexto día antes de las calendas de marzo en español), es decir el 24 de febrero. La frase se resumió a “bis sextus”: bisiesto en español.
Sin embargo, debido a algunas fallas en su estructura, el papa Gregorio XIII decidió, a través de una bula papal, “perfeccionar” el calendario. Este, denominado calendario gregoriano, fue introducido en 1582 y perdura hasta nuestros días.
Uno de los ajustes fue que el día adicional de los años bisiestos sería el 29 de febrero y no el 24 fijado por el calendario juliano.
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