REDACCIÓN.- Cada 21 de marzo, las redes sociales se llenan de imágenes y mensajes sobre regalar flores amarillas. Es una tendencia que ha cobrado fuerza en los últimos años, pero ¿de dónde surge esta costumbre y por qué se ha convertido en una expresión simbólica del amor y la esperanza?
El fenómeno de las flores amarillas se remonta a la exitosa telenovela argentina Floricienta (2004), creada por Cris Morena.
En uno de los episodios más recordados, en el que la protagonista canta una canción titulada Flores Amarillas con la que expresa su anhelo de recibir flores como símbolo de amor verdadero. La letra de la canción describe un amor que se materializa con la llegada de estas flores, lo que hizo que muchas personas comenzaran a asociarlas con la llegada del amor ideal.
Con el tiempo, la escena se volvió icónica y la canción quedó grabada en la memoria colectiva, especialmente en Latinoamérica, donde Floricienta fue un fenómeno televisivo.
El inicio de la primavera es un momento de renacimiento, renovación y nuevas oportunidades. En muchas culturas, esta transición se celebra con flores, ya que simbolizan la vida, la energía y la esperanza de tiempos mejores.
La entrega de flores amarillas en esta fecha refuerza su asociación con la alegría y el amor, convirtiéndolas en un símbolo poderoso de buenos deseos y optimismo.
El color amarillo está asociado con la felicidad, la energía y la prosperidad. En el lenguaje de las flores, regalar una flor amarilla simboliza luz, amistad y un amor que trasciende el tiempo.
Al entregarlas, muchas parejas buscan reforzar sus lazos afectivos, mientras que algunos también lo ven como un gesto de buenos deseos y renovación personal.
Cada tipo de flor amarilla tiene un significado especial, lo que hace que el gesto de regalarlas sea aún más significativo. A continuación, algunos ejemplos:
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