REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Las investigaciones sobre la interacción entre alimentación y riesgo de cáncer aún están en una fase temprana. Sin embargo, y poco a poco, algunos resultados están empezando a visibilizar qué patrones alimentarios son mejores que otros para reducir el riesgo de enfermedades, tanto cardiovasculares como oncológicas.
Ahora, un nuevo trabajo presentado en la Reunión Anual de la Sociedad Estadounidense de Nutrición, NUTRITION 2022 LIVE ONLINE, apunta a que la calidad de la dieta en general es lo más importante para reducir el riesgo de cáncer. Y esto sería especialmente importante con el cáncer de mama.
El estudio, dirigido por Sanam Shah, investigadora predoctoral en el Centro de Investigación en Epidemiología y Salud Poblacional en la Universidad Paris-Saclay de Francia, analizó datos de 65.574 mujeres posmenopáusicas. Las voluntarias completaron cuestionarios de ingesta dietética entre los años 1993 y 2005, y fueron seguidas durante un promedio de 21 años.
Durante el periodo de seguimiento del estudio, 3.968 participantes fueron diagnosticadas de cáncer de mama. Cuando se compararon las tasas de cáncer según la calidad de la dieta consumida, se pudieron identificar diferencias significativas en el riesgo de cáncer según lo saludable que era su dieta basal.
Los investigadores usaron 18 grupos de alimentos para categorizar el grado de adherencia a una dieta basada en plantas en comparación a una dieta basada en animales, y el consumo de alimentos saludables versus menos saludables. Para los especialistas, una dieta basada en plantas no sería sinónimo de una dieta vegetariana o vegana, sino que sería un patrón alimentario que prioriza el consumo de alimentos de origen vegetal sobre los de origen animal. Estos últimos no estarían excluidos, pero no serían los mayoritarios.
Según sus hallazgos, seguir una dieta saludable basada en plantas se relacionaría con un riesgo un 14% menor de cáncer de mama, mientras que una dieta poco saludable basada en plantas -con alimentos vegetales, pero ultraprocesados- se relacionaría con un aumento del 20% del riesgo de sufrir cáncer de mama.
Los hallazgos eran consistentes en todos los subtipos del cáncer estudiado. No se trataría tan solo de consumir alimentos de origen vegetal sin más, sino de que la dieta en general sea saludable. Como comenta Shah, estos hallazgos resaltarían la importancia de aumentar el consumo de alimentos vegetales saludables y disminuir el consumo de alimentos vegetales y animales menos saludables.
En estudios previos ya se habría examinado el riesgo de cáncer asociado a varios patrones dietéticos, como la dieta occidental, dieta mediterránea y las dietas vegetarianas. Si bien es cierto que algunos trabajos sugerirían que las dietas con menos carne o sin carne serían más beneficiosas para la salud, los resultados han sido mixtos.
En este caso el estudio se centró en diferenciar alimentos saludables de origen vegetal, como cereales integrales, frutas, verduras, frutos secos, semillas, legumbres, aceites vegetales, té y café. En la lista de alimentos de origen vegetal calificados como menos saludables, por el contrario, entran los zumos de frutas, cereales refinados, patatas, bebidas azucaradas y bollería.
Como conclusión final, Shah y sus colegas sugirieron que elegir alimentos saludables de origen vegetal podría ser útil para prevenir el cáncer de mama, pero también son conscientes de que se necesita más investigación. Así, las conexiones entre dieta y riesgo de cáncer en general se deben evaluar dependiendo de la población estudiada. Por el momento, dado que se trata de un estudio observacional y no de un ensayo clínico, no es posible determinar una causalidad.
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