Todo esfuerzo por lograr la paz social y la estabilidad económica en democracia y libertad es digno de apoyo, sobre todo cuando proviene de naciones hermanas de América Latina y con España como gran impulsora en favor de que Venezuela supere la crisis en que se sumió tras las elecciones presidenciales y el cuestionado triunfo atribuido a Nicolás Maduro.
Los actos y pronunciamientos que con tal enfoque de solidaridad hacia el pueblo venezolano tuvieron lugar hoy aquí en República Dominicana, con la presencia de Edmundo González Urrutia y un grupo de expresidentes latianoamericanos, concitaron la atención de la región.
Con tal posición, el gobierno dominicano y el presidente Luis Abinader han ratificado su apoyo y reconocimiento a González Urrutia como el legítimo candidato triunfante en los comicios del 28 de julio, frente a lo que el canciller Roberto Alvarez ha calificado de forma abierta como un fraude electoral.
De esta forma, frente a los hechos de julio, Abinader dijo que el voto fue un grito de libertad, que “fue respondido con represion y fraude”. Añadio: “La historia nos observa. En esta hora crucial, no podemos vacilar. Como lo hizo Romulo Betancourt cuando apoyó la gesta democratica dominicana, hoy nos corresponde a nosotros estar a la altura de ese legado”.
Lo triste es que esa nación una vez pujante y aun con las mayores reservas de petróleo del mundo esté sumida en una crisis social, económica y política que ha obligado a más de ocho millones a emigrar a diferentes naciones y que todavía no esté a la vista una salida democrática y pacífica, y en vez la incertidumbre sea el panorama prevaleciente.