Jartum.- El primer ministro sudanés, Abdallá Hamdok, admitió este viernes que el país está pasando por una de sus peores crisis políticas desde el inicio del periodo de transición democrática tras la intentona de golpe de estado de hace tres semanas y presentó una hoja de ruta para continuar con los objetivos marcados hasta las elecciones.
«No exagero si digo que esta es la peor y la crisis más grave que atravesamos y que amenaza la transición», aseveró firmemente Hamdok en un discurso a la nación en referencia a estas tres semanas de tensión entre militares y civiles tras la intentona de golpe de Estado preparado, según el Gobierno, por «remanentes» del régimen del exdictador Omar al Bashir
Ante esta situación, Hamdok afirmó que han hecho «varias reuniones con todos los componentes de las instituciones de la transición para dialogar y encontrar un terreno común entre las partes» con el objetivo de «asegurar la unidad del país».
Tras las reuniones, el primer ministro sudanés indicó que se había acordado una hoja de ruta con diez puntos, entre los que destacó «volver a trabajar en todas las instituciones de la transición lejos de las disputas», así como «no dar pasos unilaterales» ya que Sudán «no aguanta más conflictos», dijo.
Estas declaraciones de Hamdok se producen días después de que el general Abdelfatah al Burhan, presidente del Consejo Soberano que es el máximo órgano ejecutivo del proceso de transición en Sudán, afirmara que no hay soluciones a la situación actual en el país excepto la “disolución del gobierno” y «la ampliación de la base de partidos políticos en el gobierno de transición».
Durante el discurso, Hamdok no hizo alusión explícita a las palabras de Al Burhan, aunque sí señaló que durante los encuentros con las instituciones, las cuales no detalló quiénes fueron, «se busca ampliar la base de participación» en el Gobierno de transición.
«Solo tenemos dos años para llegar a las elecciones las cuales tenemos que empezar a preparar de inmediato», recalcó Hamdok.
Tras la intentona tanto los civiles como militares, que se alternan el poder hasta las elecciones por el acuerdo alcanzado después del derrocamiento de Al Bashir en 2019, se han cruzado diferentes acusaciones por la autoría.
Horas después de la intentona, Hamdok lo atribuyó a «remanentes» del actual régimen, tanto de «fuera como de dentro de las Fuerzas Armadas», algo que disgustó a los militares, que defendieron a la institución castrense como protectora de la transición democrática en el país.
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