Redacción internacional.- En el momento en que el presidente Jovenel Moise y su esposa Martine se percataron de que había intrusos en la casa la madrugada del 7 de julio, esta salió de la habitación matrimonial para buscar a sus dos hijos y esconderlos, reveló el diario Semana al publicar lo que, asegura, es el interrogatorio de la primera dama con el FBI.
Supuestamente Moise alertó de la situación a su esposa y esta se levantó, buscó a los dos hijos de ambos, lo encerró en un baño y les pidió que se escondieran tras las cortinas.
“Ella no tuvo otra alternativa que correr, coger a sus dos niños, llevarlos hasta el baño y ordenarles que se metieran en el interior de la ducha. Sospechaba que nada bueno estaba ocurriendo. Les pidió, con voz entrecortada por los nervios, que se camuflaran allí, cerraran la cortina y ajustaran con fuerza la puerta”, escribe el portal.
A continuación lo que, según el diario colombiano, dijo la primera dama al FBI:
Martine regresó al cuarto donde la esperaba su esposo, según les dijo a los agentes del FBI. En medio de las balas, decidieron esconderse debajo de la cama, apoyando sus caras contra el piso. Querían escapar de los homicidas, pero la estatura no los favorecía. Sus pies quedaron descubiertos.
En nuevo video revelado se verían a los sospechosos luego del asesinato del presidente de Haití.
Los asesinos ingresaron a la fuerza hasta el cuarto presidencial. Según su declaración, siempre escuchó a los mercenarios hablar solo español. Aseguró que mientras los estaban atacando se comunicaban por teléfono con alguien que iba dando las órdenes.
Ella fue la primera a la que le dispararon. La intentaron sacar de donde se escondía, pero la mitad de su cuerpo seguía debajo de la cama. Incluso, alcanzó a decirle al presidente que estaba viva. Los asesinos buscaron al otro lado de la cama al mandatario. Lo sacaron, lo voltearon y, de acuerdo con su relato, lo empezaron a describir: “Alto, delgado, de piel morena”, decían. Ella alcanzó a escuchar que al otro lado del teléfono otro hombre dio la orden de ejecutarlo al confirmar que se trataba del presidente. Lo que sigue en el relato de la mujer es aterrador.
Martine les aseguró a los investigadores estadounidenses que “vio morir al presidente al lado de ella”, después de que le descargaron muchos disparos con armas automáticas. Los mercenarios estaban ensañados y actuaban con mucho odio. Querían estar seguros de que sus víctimas no pudieran salvarse.
Regresaron al otro lado de la cama y sacaron a la mujer a la fuerza. Uno de ellos se paró sobre sus piernas (por eso supo que portaban botas), y con una linterna le alumbró los ojos. Quería confirmar que estaba muerta. La primera dama no se movió ni parpadeó, porque sabía que, si lo hacía, la rematarían.