Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.
Hay que darles prioridades a lo que prioridades tiene. La salud es lo principal en esta vida. Leí una vez que el dinero puede cómprate las medicinas pero no la salud, y eso es mucha verdad, por eso he titulado mi escrito, prioridades.
Si el reloj de arena supiera que hoy es el último día de su vida, ¿Cuánto dedicarías a cosas que no significan nada en el contexto de le eternidad?
Los minutos se tornarían sumamente valiosos, por emplearlos, en lo que es más importante ti. Las cosas del mundo te parecerían vanas, te resultan casi ofensivas.
Desearías manifestar amor a quienes quieres más entrañablemente y te asegurarías de que supieran cuanto dignifican para ti.
Te dedicarías a subsanar todo lo que hiciste mal y a reconciliarte con quien has tenido alguna diferencia. Si alguna vez has visto la muerte cara a cara o has convivido con un ser querido que padecía una enfermedad letal y te diste cuenta de cómo cambió por completo su orden de prioridades.
La felicidad y la alegría que Jesús puede darnos no tienen punto de comparación con lo que el mundo nos ofrece. Los dejo con esta lectura tomada de la 1 Carta de San Juan, Capitulo 2, Versículos 15 y 16 que dicen: “No amen al mundo ni lo que hay en mundo. Quien ama al mundo no lleva dentro el amor del Padre, porque de modo lo que hay en el mundo, los bajos apetitos, los ojos insaciables, la arrogancia del dinero nada procede del Padre”.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.
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