El Consejo Económico y Social tutelado por el presidente de turno y por Agripino es simplemente consultivo. Un muñeco que se inventó Leonel para entretener y engatusar a opositores funcionales al sistema, ahora acompañando a una dictadura institucional manipulada en todas sus instancias por el cogollo del PLD y sus asociados en el saqueo del país.
En él se conciertan pactos que no sirven para beneficiar al pueblo empobrecido. Pactos para desactivar presiones y apaciguar potenciales confrontaciones, para apagar fuegos en gestación, para garantizar su nefasta gobernabilidad que lo corrompe todo, que pervierte y hace in-funcionales las instituciones estatales, degradando ascendentemente una sociedad gobernada por escorias sociales y políticas.
Cuando a ese Consejo la oposición electorera, funcional a la dictadura establecida, pretende encasquetarle la misión de un pacto político que aborde ley de partidos, ley electoral y composición de las “altas cortes”, Tribunal y Junta electoral, se escuchan a los portavoces morados gritar que ellos “son mayoría”, que no van a “ceder sus poderes”, que “la Constitución establece como se aprueban” esos entuertos.
“Nada de apolíticos” (para ellos sinónimo de apartidistas), “aquí todo el mundo es político”, agregan; dejando súper-claro que ese Consejo de la Magistratura y ese Congreso van a aprobar -o a no aprobar- lo que a ellos le convenga, solo eso y punto.
Olvídense opositores blandengues, respetuosos de este sistema; olvídense PRM, PRSC, Frente Amplio, Convergencia, Alianza País y otros… de leyes “democráticas” y “Cortes equilibradas” a ser aprobadas por los gerentes políticos de la dictadura morada. Se lo dijimos mil veces y siguen haciéndose los ingenuos o privando de brutos.
Recuérdense que del CONEP solo brotan poses y presiones. Son negociantes y negocian. Los hay lumpen capitalistas filo morado. Para ellos todo es mercancía, incluido el quehacer político.
Todo ha sido maquinado y preestablecido. Las dictaduras del tipo que sean no se niegan a sí misma, menos aun voluntariamente. Estos engendro congresuales y judiciales parirán ratas de cloacas.
Por eso, luce ridículo aceptarle al oficialismo y a Agripino solo discutir los “perfiles” de los funcionarios a seleccionar, que por demás o están ya seleccionados o lo impondrá la maquinaria danilistas en competencia con la leonelista.
Esos “perfiles” están demagógicamente incluidos en la Constitución y no se acatan. Está bueno ya de privar en brutos o de ingenuos. Declárense social-pendejos o admitan que están resignados a adornar permanentemente las farsas electorales de una dictadura política disfrazada de democracia.