El economista alertó que una tasa proyectada de 65 pesos por dólar podría tener efectos inflacionarios, especialmente en los productos de la canasta básica que dependen de insumos importados.
Santo Domingo.– El Presupuesto General del Estado para el año 2026 proyecta una tasa de cambio de 65 pesos por dólar, una estimación que vuelve a colocar en el centro del debate la estabilidad cambiaria y las decisiones de política monetaria en la República Dominicana.
Al referirse a esta proyección, el economista Antonio Ciriaco advirtió este lunes que el Banco Central debe vigilar cuidadosamente el margen entre las tasas de interés en pesos y en dólares, para evitar que la diferencia en los rendimientos continúe afectando a los ahorristas y presionando el tipo de cambio.
Durante su participación en el programa El Despertador, Ciriaco explicó que la reciente volatilidad cambiaria ha estado vinculada, en gran medida, a la decisión de muchos ciudadanos de dolarizar parte de sus ahorros, ante la baja rentabilidad de los depósitos en moneda nacional.
“El problema es que los rendimientos en pesos son muy bajos, y eso le quita incentivo al ahorrante”, señaló el economista, al indicar que cuando la brecha entre ambas tasas es amplia, las personas optan por cambiar sus recursos a dólares como mecanismo de protección.
Ciriaco destacó además que el mercado cambiario está fuertemente influenciado por las expectativas, por lo que la percepción de que no se están tomando medidas suficientes para sostener el tipo de cambio puede acelerar la demanda de divisas.
El economista alertó que una tasa proyectada de 65 pesos por dólar podría tener efectos inflacionarios, especialmente en los productos de la canasta básica que dependen de insumos importados, por lo que consideró clave mantener la estabilidad y la confianza en la política monetaria.
Otro de los puntos señalados por el economista es el impacto del Índice de Precios al Consumidor (IPC), donde el componente con mayor peso es el grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas, el cual, según explicó, crece a un ritmo superior al de otros sectores de la economía.
Indicó que estos incrementos responden tanto a factores climáticos como al costo de insumos importados, cuyo precio está directamente atado al comportamiento del tipo de cambio.
Para Ciriaco, la estabilidad de los precios y de la moneda depende en gran medida de la confianza ciudadana. “La gente es un mercado de expectativa”, sostuvo, al explicar que cuando se percibe que el Banco Central no logra anclar el valor de la moneda, los ciudadanos se adelantan y compran dólares como medida preventiva.
Esta demanda adicional, explicó, termina provocando que el tipo de cambio suba, generando un efecto en cadena que impacta directamente en el costo de vida.
Resaltó que mantener un tipo de cambio estable es clave para evitar mayores presiones sobre los precios de los alimentos, que ya son sensibles a factores climáticos y de oferta.