San Juan.- El Gobierno de Puerto Rico movilizó este viernes a la Guardia Nacional para distribuir combustible a varias instalaciones «críticas» de la isla, como los hospitales y supermercados, por problemas en la cadena de suministros tras el huracán Fiona.
El ayudante general de la Guardia Nacional, el general de división José J. Reyes, explicó en rueda de prensa que comenzaron la distribución con 16 misiones para llevar combustible a hospitales, instalaciones de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), telecomunicaciones, supermercados y otras áreas críticas.
Algunas industrias, como la de la alimentación, empezaron ayer a quejarse de la falta de diésel para poder operar sus generadores, imprescindibles ante la falta de servicio eléctrico.
Varios encargados de supermercados y administradores de edificios de apartamentos con generador eléctrico confirmaron a Efe las dificultades que están enfrentando para adquirir carburante.
Las autoridades han asegurado, no obstante, que no hay un problema de escasez sino en la distribución.
El secretario del Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO), Edan Rivera, aseguró que desde este viernes se normalizará la distribución del diésel gracias a que se energizó la terminal de Yabucoa.
Rivera dijo en rueda de prensa que hay gasolina regular para 14 días, premium para 25, y diésel para 11. Además, este viernes llega una barcaza con más diésel que extenderá los abastos 60 días.
El secretario del DACO recalcó ayer que, tras el paso de Fiona, han estado «en comunicación constante con los nueve mayoristas de combustible en la isla», que les han reportado, a diario, tanto el estado de sus abastos, como las situaciones particulares que han enfrentado respecto al despacho de producto.
Ante la falta de servicio eléctrico, que sigue afectando a un 60% de los abonados en la isla, muchos negocios y particulares están usando generadores que requieren combustible para funcionar.
Las autoridades todavía no han cuantificado los daños causados por Fiona, pero el gobernador Pedro Pierluisi catalogó los mismos de «catastróficos».
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aprobó la solicitud de declaración de desastre mayor para la isla, lo que activa la llegada de ayudas federales.