Puerto Rico duda de su sistema eléctrico ante la llegada de huracanes

La nueva temporada de huracanes en la región supone un reto para Puerto Rico, cuya infraestructura eléctrica genera dudas por los frecuentes cortes del servicio.

San Juan.- Puerto Rico afronta la temporada de huracanes con la incertidumbre de si el sistema eléctrico está preparado para el paso de tormentas tropicales mientras crece el descontento por los cortes e incrementos del precio del servicio.

La nueva temporada de huracanes en la región supone un reto para Puerto Rico, cuya infraestructura eléctrica genera dudas por los frecuentes cortes del servicio, que vivieron su peor episodio con el apagón general de principios de abril pasado.

La distribución y transmisión de la infraestructura eléctrica están desde hace cerca de un año en manos de la compañía privada LUMA, objeto de críticas por parte de quienes achacan a esta empresa falta de experiencia para afrontar una responsabilidad que antes correspondía a la estatal Autoridad de la Energía Eléctrica (AEE).

El presidente de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (UTIER), Ángel Figueroa Jaramillo, dijo este viernes a Efe que la infraestructura eléctrica es extremadamente compleja, ya que cuenta con 36.000 millas de cable aéreo y soterrado, en gran parte en la extensa área montañosa.

«Eso hace mucho más difícil mantener adecuadamente el sistema eléctrico», subrayó Figueroa Jaramillo, cuyo sindicato cuenta con representación en la AEE, que todavía mantiene los activos de la generación energética.

NINGÚN SISTEMA ELÉCTRICO ES INFALIBLE

«Primero, ningún sistema eléctrico del mundo es infalible ante la naturaleza, pero siempre que hay mecanismos uno puede aminorar la posibilidad de daños», dijo.

El sindicalista aseguró que LUMA no está preparada para una respuesta adecuada y no tiene la cantidad de personal técnico necesario.

«LUMA ha demostrado durante el año que lleva operando que a diario tiene miles de abonados sin servicio, un apagón general y diferentes dificultades», denunció.

Coincidiendo con el inicio de la temporada de cliclones, LUMA presentó su Plan de Respuesta a Emergencias (ERP, en inglés), como parte del esfuerzo para responder a imprevistos.

El presidente de LUMA, Wayne Stensby, dijo que de cara a los próximos meses la empresa ha tomado medidas como la formación de empleados, aumentar su inventario y coordinarse con agencias gubernamentales.

DEFIENDEN QUE LUMA ESTÁ PREPARADA

«LUMA está bien preparada para la temporada de huracanes 2022. Nuestro Plan de Respuesta a Emergencias representa el modelo de cómo la empresa responde cuando una emergencia grave, como un huracán, ocurre», subrayó Stensby.

El directivo sostuvo que la empresa invirtió cerca de 130 millones de dólares en inventario de suministros cruciales y dispone de más de 1.000 trabajadores de campo para hacer frente a cortes del servicio.

El intento de Stensby de generar tranquilidad no convence a parte de la población, que año tras año comprueba cómo la llegada de las tormentas que golpean la región, en especial entre agosto y octubre, provocan cortes que acaban con la paciencia de los ciudadanos.

Osvaldo Becerra, vecino del distrito de Barrio Obrero de la capital, dijo a Efe que «en el verano se volverá a la misma situación» de los habituales apagones, que hace un año desesperaron a la población y los comerciantes, aunque entonces LUMA podía esgrimir que acababa de heredar el legado de la AEE.

LOS PRECIOS SE MULTIPLICAN

Aseguró que, si bien podría reconocerse que los cortes han disminuido en los meses en los que los huracanes no afectan a la región, los precios se han multiplicado de una forma inexplicable.

«Las tarifas han aumentado hasta un 150 %, hemos pasado de pagar 170 a 450 dólares mensuales», dijo este vecino de un distrito de trabajadores que difícilmente pueden afrontar esos costos de la electricidad.

Steven Figueroa es vecino del Residencial Villa Esperanza de Cupey, en el municipio de San Juan, un área de viviendas públicas destinadas a personas con bajos recursos, que gracias a las ayudas estatales que establecen precios fijos para estos colectivos no pagan las tarifas elevadas del resto de la población.

«De cualquier forma, en mi casa cuento con una planta de diésel para cuando se va la luz», aseguró a Efe Figueroa, que justifica esa medida de precaución por los cortes vividos durante años.

Mientras tanto, la población espera con reservas y signos de descontento. De ahí la manifestación ocurrida esta semana por parte de la Alianza de Empleados Activos, Jubilados y Movilizados de la AEE, cuyos miembros protestaron a un año de entrada en vigor del contrato con LUMA, el cual exigen sea cancelado por el pobre servicio prestado.