¿Qué es la Orden Agustiniana?, a la cual pertenece el nuevo papa
El legado agustiniano continúa en Robert Francis Prevost, nuevo Papa León XIV.
Actualizado: 22 de Julio, 2025, 04:44 PM
Publicado: 12 de Mayo, 2025, 11:23 AM
REDACCIÓN -.– REDACCIÓN. - En un giro histórico para la Iglesia Católica, Robert Francis Prevost, miembro destacado de la Orden Agustiniana, ha sido elegido como el nuevo Papa, adoptando el nombre de León XIV. Este nombramiento no solo honra la rica tradición de su Orden, sino que también marca un nuevo capítulo en la dirección espiritual de la Iglesia.
La historia de la Orden de San Agustín es una travesía marcada por el encuentro entre la gracia divina y el esfuerzo humano. Aunque su fundación oficial data de marzo de 1244, las raíces de esta orden religiosa se hunden profundamente en la agitación espiritual de los últimos años del siglo XII, cuando florecieron por toda Europa movimientos de laicos y eremitas que buscaban vivir el Evangelio alejados del bullicio de la sociedad.
En la península italiana, dos figuras se convirtieron en pilares fundacionales de lo que más tarde sería la Orden de los Agustinos. Juan Bono, de Mantua, tras una vida disipada, encontró en la enfermedad una llamada a la conversión que lo llevó a abrazar la penitencia y la oración, reuniendo a su alrededor una comunidad que adoptó la Regla de San Agustín en 1225. Mientras tanto, en Toscana, el francés Guillermo de Malavalle, también convertido, vivió como ermitaño hasta su muerte en 1157, dejando una huella profunda que inspiró la fundación de comunidades dedicadas a su memoria y estilo de vida.
Fue el Papa Inocencio IV quien, en 1243, ordenó unificar a los diversos grupos de ermitaños toscanos —exceptuando a los seguidores de San Guillermo— en una sola orden bajo la Regla de San Agustín. Un año después, en Roma, se celebró el capítulo fundacional que dio nacimiento a los Hermanos Ermitaños de la Orden de San Agustín. Adoptaron un hábito negro con cinturón de cuero y se les autorizó a predicar y administrar sacramentos, dando sus primeros pasos dentro del Movimiento Mendicante, caracterizado por una vida mixta de contemplación y servicio apostólico.
La consolidación definitiva llegó en 1256, cuando el Papa Alejandro IV extendió la unión a otras comunidades eremíticas, integrándolas en lo que ya era una sólida y creciente orden mendicante. Curiosamente, a diferencia de otras órdenes, San Agustín no fundó personalmente esta comunidad, pero su regla y espiritualidad fueron adoptadas como columna vertebral de la vida agustiniana, mostrando una sorprendente vigencia incluso en la modernidad.
La expansión en América del Norte
La Orden de San Agustín cruzó el Atlántico en el siglo XVIII, respondiendo al llamado del obispo John Carroll de Baltimore, quien buscaba sacerdotes para atender la naciente república estadounidense. En 1794, el reverendo John Rosseter, O.S.A., llegó a Filadelfia, estableciendo el primer núcleo de presencia agustiniana en el continente.
Dos años más tarde, el reverendo Matthew Carr, O.S.A., consolidó la misión y fundó una comunidad que pronto se expandió por el noreste de Estados Unidos, dando origen a la Provincia de Santo Tomás de Villanova. A comienzos del siglo XX, la expansión continuó hacia el Medio Oeste y la costa oeste, con la llegada de agustinos irlandeses, españoles y alemanes, quienes establecieron nuevas provincias en Chicago, California y Canadá.
Una presencia global
Hoy, los agustinos están presentes en más de 40 países de todos los continentes, ministrando en comunidades multiculturales y multirreligiosas. Su misión sigue siendo la de San Agustín: unir a las personas en comunión de mente y corazón, para la gloria de Dios y el servicio al pueblo.
La historia de la Orden de San Agustín, tejida con hilos de oración, contemplación, servicio y adaptación, sigue siendo un ejemplo vivo de cómo la espiritualidad puede transformar no solo a individuos, sino también a sociedades enteras.
Robert Francis Prevost: Un líder agustiniano
Con una trayectoria destacada dentro de la Orden, Prevost ha demostrado un compromiso con la espiritualidad agustiniana, que enfatiza la comunión y el servicio.
Su experiencia en el ministerio y su conocimiento de la diversidad cultural de la Iglesia posicionan a León XIV como un líder capaz de abordar los desafíos modernos con sabiduría y empatía.
Implicaciones de su Elección
La elección de Prevost como Papa León XIV refleja la importancia de la espiritualidad agustiniana en la Iglesia contemporánea.
Su formación en la Orden, que valora tanto la oración como el servicio activo, podría influir en políticas que promuevan la unidad y el diálogo interreligioso.
Además, su origen en una Orden con fuerte presencia global puede impulsar una Iglesia más inclusiva y conectada con las necesidades del mundo actual.
Reacciones y Expectativas
La Orden Agustiniana ha recibido con alegría la noticia, destacando el orgullo de ver a uno de sus miembros asumiendo el liderazgo de la Iglesia.
Muchos esperan que el Papa León XIV promueva la unidad y continúe el legado de su Orden, llevando su mensaje de amor y servicio a todas las personas.

