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Qué factores hay que controlar para evitar infartos y cuidar la salud cardiovascular

Enfermedades

La clave es el cuidado alimentario, de descanso y los chequeos médicos. Qué parámetros es imprescindible conocer sobre nuestro sistema cardíaco para evitar enfermedades.

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Redacción internacional.- La principal causa de muerte en el mundo y también en la Argentina son las enfermedades cardíacas. Anualmente hay más de 100,000 fallecimientos por esta causa, es decir, casi el 30% del total de muertes en el país. A pesar de este panorama desalentador, expertos en salud cardiovascular destacan que a través de la prevención, los chequeos médicos y el cambio de hábitos esta realidad puede cambiar.

A nivel global, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares son responsables de la muerte de 18 millones de personas al año, con lo cual se posicionan como la primera causa de fallecimiento. Si bien existen factores de riesgo naturales, como la edad o antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular en edad temprana, existen otros que pueden ser adquiridos como hábitos de la vida diaria. Los más comunes son: tabaquismo, consumo de alcohol, sedentarismo, mala alimentación, entre otros.

“El tabaquismo, la hipertensión arterial, el colesterol elevado, la diabetes y el exceso de peso son algunos de los factores de riesgo asociados al desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Se estima que 8 de cada 10 eventos cardiovasculares pueden ser prevenidos con adecuado control de estos factores y con hábitos saludables tales como mantenerse activo y alimentarse de forma adecuada”, señaló a Infobae, en una reciente consulta, el doctor Hugo Sanabria (MN 98220), jefe de la Clínica Diabetes del ICBA Instituto Cardiovascular.

Según el experto, no todas las personas tienen la misma probabilidad de padecer un problema vinculado al corazón. Por eso, la estratificación del riesgo es uno de los términos clave en la medicina preventiva y está vinculada a un proceso que evalúa las probabilidades de un paciente para desarrollar un evento cardiovascular a corto o mediano plazo.

Es por eso que varios expertos recomiendan controlar algunos factores clave del organismo, conociendo los valores actualizados de:

  • Presión arterial
  • Salud de las arterias
  • Colesterol
  • Niveles de azúcar en sangre
  • Peso corporal
  • Cantidad de horas de sueño

Así lo consideró la doctora Laxmi Mehta, directora de Cardiología Preventiva y Salud Cardiovascular de la Mujer en el Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio, que lideró una encuesta en la que se preguntó a más de 1.000 adultos de Estados Unidos si sabían los números de su presión arterial, peso ideal, colesterol o niveles de azúcar en sangre, los cuatro factores de salud incluidos en las 8 pautas esenciales (Life’s Essential 8) de la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés).

Los resultados decepcionaron a los médicos, ya que menos de la mitad conocía su presión arterial y su peso ideal y apenas uno de cada cinco conocía su colesterol o azúcar en la sangre. “Es más probable que conozcan el número de teléfono de sus padres o el cumpleaños de su mejor amigo, que el de los predictores de enfermedades cardíacas como la presión arterial y los niveles de colesterol”, explicó Mehta en el estudio.

Y agregó: “La mayoría de las personas asocian la diabetes con antecedentes familiares o con sobrepeso, y no establecen la conexión con la enfermedad cardíaca. Las personas con diabetes tienen el doble de probabilidades de sufrir enfermedades del corazón o ACV”.

La especialista en salud cardíaca recordó que “es importante no sólo conocer las cifras, sino también ser proactivo con los medicamentos y los cambios en el estilo de vida, como la dieta y el ejercicio”. “Cuando visites a tu médico -aconsejó-, preguntale cuáles son tus cifras de presión arterial, colesterol y azúcar en sangre y cuál es el rango normal para vos. Discutí sus hábitos de sueño junto con la dieta, el ejercicio, el tabaquismo y el consumo de alcohol. Además, a ninguno de nosotros nos gusta hablar de nuestro propio peso, pero es una conversación importante porque el sobrepeso es un factor de riesgo de enfermedad cardíaca”, recordó.

Presión Arterial

La hipertensión es la enfermedad que se desarrolla cuando la presión de la sangre en los vasos sanguíneos del organismo humano es demasiado alta (140/90 mmHg o más). Generalmente no da síntomas y la única forma de detectarla es tomarse la presión arterial.Se trata de un trastorno que afecta a uno de cada tres adultos en todo el mundo. Al no estar controlada, puede causar ataques cerebrovasculares (ACV), infartos de miocardio, insuficiencia cardíaca, daños renales y muchos otros problemas de salud.

El número de personas con hipertensión arterial se duplicó entre 1990 y 2019, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pasó de 650 millones personas con la afección a 1.300 millones. Casi la mitad de las personas con hipertensión arterial en todo el mundo desconocen actualmente que sufren esta afección. Más de tres cuartas partes de los adultos con hipertensión arterial viven en países de ingreso mediano y bajo.

Pablo Rodríguez, médico especialista en Cardiología, Medicina Interna e Hipertensión Arterial, vicepresidente 1° de la Sociedad Argentina de Hipertensión y jefe de la clínica de hipertensión del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires, igualmente resaltó que “las mejores mediciones de la presión arterial son realizadas fuera de la clínica, en el hogar, y que las pautas son plenamente extrapolables”. Siempre se deben usar equipos automáticos validados.

La persona debe hacer 3 tomas consecutivas de la presión en el consultorio. Fuera del consultorio, son 2 tomas, subrayó Rodríguez, en diálogo con Infobae. Si se obtienen valores iguales o superiores a 140/90 mmHg (o 14/9 como se menciona popularmente), es clave ir a la consulta para seguir un programa integral de tratamiento.

Salud de las arterias

En pleno Siglo XXI, la relevancia de herramientas nuevas y perfeccionadas en la medicina, como las ecografías y tomografías son clave para monitorear la salud cardiovascular interna.

“Para mejorar nuestra precisión actualmente disponemos de herramientas importantes que nos permiten evaluar la salud de nuestras arterias por medio de imágenes de forma directa y no invasiva. Podemos identificar si aquellas que irrigan el cerebro o las piernas presentan placas de ateroma (lesiones de la pared arterial) a través de una ecografía de las arterias del cuello y piernas; o conocer el monto de calcio (lo que nos habla de la presencia de placas de ateroma) que presentan nuestras arterias que irrigan el corazón a través de una simple tomografía que no requiere contraste”, explicó el cardiólogo Sanabria, que es jefe del Programa de Prevención Cardiovascular que desarrolla el ICBA.

Estos estudios revelan no sólo la presencia de placas de ateroma en arterias específicas y la cantidad de calcio en ellas, datos que determinan el riesgo de eventos cardíacos en el paciente. El experto afirmó que muchos pacientes llegan al consultorio del cardiólogo asumiendo que tienen algún nivel de riesgo, ya sea por su edad, por ser o haber sido fumadores o por llevar una vida sedentaria. Pero muchos otros —que son los que habitualmente postergan la consulta— presuponen que sus chances de padecer un evento cardiovascular son bajas y se sorprenden al enterarse de lo contrario.

Medición de glucosa en sangre

La glucemia es la concentración o cantidad de glucosa en la sangre del ser humano. Esa glucosa es un azúcar proveniente de los alimentos, en especial los carbohidratos, que el cuerpo descompone y usa como energía para funcionar. En un examen de sangre realizado después de un ayuno de ocho horas, el nivel de azúcar en sangre debe ser menor a 100 mg/dL en las personas que presentan factores de riesgo y menor a 110 mg/dL en quienes no los padecen.

Los niveles de glucosa en la sangre varían según el momento del día. Y las personas que tienen diabetes —que implica alteraciones en el nivel de glucemia— pueden necesitar la medición para saber si están dentro del rango deseado. Las cifras en el país de personas que padecen diabetes, son preocupantes: casi el 13% de los mayores de 18 años la padece, lo que equivale a unas 4 millones de personas. Y lo peor es que casi el 50% desconoce que tiene esta enfermedad silenciosa.

La tasa de absorción de glucosa se puede reducir comiendo más fibra, ya que este ingrediente natural ralentiza la digestión. Los especialistas recomiendan ingerir 30 gramos de fibra al día, que se puede encontrar en alimentos como legumbres, cereales integrales, frutos secos, semillas, frutas y verduras.

De acuerdo con estudios observacionales realizados en Argentina, aproximadamente 4 de cada 10 personas con diabetes tipo 2 presentan enfermedad cardiovascular, principalmente de tipo aterosclerótica, y enfermedad renal crónica. A pesar de su elevado riesgo, solo la mitad de los pacientes alcanza un óptimo control metabólico y menos del 20% logra un adecuado control de todos los factores de riesgo cardiovascular en forma conjunta.

Colesterol alto

El colesterol es una sustancia grasa (también llamada lípido) producida en el hígado. Es esencial para producir membranas celulares, hormonas y otros elementos. Normalmente, el hígado produce todo el colesterol que necesitas.

El colesterol tiene mala fama porque hay pruebas fehacientes que relacionan unos niveles elevados con la acumulación de placa en las arterias y el endurecimiento de las paredes de los vasos sanguíneos con el paso del tiempo; en términos médicos, esto se denomina aterosclerosis.

Con el tiempo, la acumulación puede bloquear el flujo sanguíneo que va hacia al corazón y provocar un infarto. Los trozos de placa también pueden romperse y desplazarse a otras partes del cuerpo, provocando un derrame cerebral. La mayoría de las personas no presentan síntomas hasta que sus arterias están gravemente obstruidas. Por eso los médicos se fijan en los niveles de colesterol para detectar y tratar con anticipación los problemas cardiovasculares.

Todos los adultos de 20 años o más deben chequear el colesterol cada cuatro o seis años. Y muchos especialistas recomiendan empezar a medir el colesterol entre los 9 y los 11 años o a partir de los 2 años si hay antecedentes familiares de colesterol alto y cardiopatías.

El médico puede medir el colesterol mediante un análisis de sangre denominado lipidograma o perfil lipoproteico. Este mide el colesterol total, el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL), el colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL) y los triglicéridos, otro tipo de grasa que endurece las arterias y procede principalmente de los alimentos. Todos estos valores se expresan en miligramos por decilitro (mg/dl).

El LDL, considerado el “colesterol malo” que se acumula en las paredes de las arterias es al que más debemos prestar atención. Para la mayoría de las personas, el LDL debe estar por debajo de 100 mg/dl, y cuanto más bajo, mejor. Las personas con diabetes, placa acumulada u otros factores de riesgo de cardiopatía deben mantener el LDL por debajo de 70 mg/dl.

En cuanto al HDL, debe estar por encima de 40 mg/dl, y superior a 60 se considera óptimo. Sin embargo, cuando el HDL supera los 80 mg/dl en los hombres o los 100 mg/dl en las mujeres, es posible que pierda su función protectora y acelere la aterosclerosis.

Peso e IMC

Conocer el peso y el el índice de masa corporal nos ayuda a prevenir le sobrepeso, la obesidad y todos los factores de riesgo que estos estados con llevan.

El índice de masa corporal (IMC) es una métrica que se obtiene al dividir el peso de una persona en kilogramos, por el cuadrado de la estatura en metros.

Es un método de evaluación fácil y económico que ha permitido clasificar a las personas en las categorías de bajo peso, peso saludable, sobrepeso, u obesidad. En la década de 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo adoptó como índice oficial de tamizaje de la obesidad.

La Asociación Médica Estadounidense sugirió que el índice de masa corporal “se utilice junto con otras medidas válidas de riesgo como, entre otras, las mediciones de la grasa visceral, el índice de adiposidad corporal, la composición corporal, la masa grasa relativa, el perímetro de cintura y los factores genéticos/metabólicos”.

En Argentina, 6 de cada 10 personas están por encima de su peso saludable, según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) publicada en 2019.

Buen descanso

El mal o poco descanso de manera habitual impacta negativamente en la salud y la calidad de vida. Si bien algunas personas consideran que dormir es una pérdida de tiempo y relativizan el rol clave del descanso para la salud física y mental. Sin embargo, desde el nacimiento hasta la adultez es primordial alcanzar un descanso reparador para el equilibrio de todos los sistemas del organismo. Por eso los expertos en medicina del sueño afirman que es necesario dormir entre 7 y 9 horas todos los días.

Días atrás, el doctor Daniel Pérez Chada (MN 47.085), presidente de la Fundación Argentina del Sueño y director de la Clínica del Sueño del Hospital Universitario Austral, remarcó en Infobae que “aunque algunos aún descrean su importancia, dormir es una función vital, no solamente para nuestro organismo, sino también para que podamos enfrentar tanto nuestrasobligaciones profesionales, laborales, como estudiantes, sino también nuestros espacios de placer”.

Las personas con trastornos del sueño suelen buscar soluciones por sí mismas, sin embargo emplean estrategias que pueden agravar el cuadro. Mediante reglas específicas, es importante desarrollar hábitos y actitudes que favorecen el sueño, con el objetivo de minimizar o eliminar los factores externos que agravan el problema. Con esto en mente, la Asociación Mundial del Sueño creó los 10 mandamientos para alcanzar un descanso reparador.

  1. Establece un horario regular para acostarte y despertarte.
  2. Si tenés la costumbre de tomar siestas, no excedas los 45 minutos.
  3. Evita la ingestión de alcohol 4 horas antes de acostarte y no fumes.
  4. Evita la cafeína 6 horas antes de acostarte.
  5. Evita los alimentos pesados, picantes o azucarados 4 horas antes de acostarse, se puede incorporar una colación liviana antes de ir a la cama.
  6. Haz ejercicio regularmente, pero no inmediatamente antes de acostarte. Usa ropa de cama cómoda.
  7. Procura una temperatura de sueño agradable y mantén la habitación bien ventilada.
  8. Bloquea todo el ruido que te distraiga y elimina la mayor cantidad de luz posible (también de los artefactos electrónicos).
  9. Reservá la cama para dormir y tener relaciones sexuales. Esto implica no usarla para el trabajo o la recreación.
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