A mi camarada y hermano Alfredo Pierre, que me sugirió tan sugerente tema.
Tres largas conversaciones en lo que va del año, reiteradas declaraciones coincidentes y varias proclamas de apoyo mutuo, no es poca cosa cuando se trata de una relación política sobre temas judiciales conflictivos entre el Embajador de EEUU y el Procurador General de la República Dominicana.
La mancuerna está clarita y la tutela también. El Embajador estadounidense en República Dominicana, James BREWTER (Wally), siempre ha tenido la iniciativa de juntarse, y siempre con un tono injerencista, con el Procurador Francisco Domínguez Brito..
En realidad Wally tiene un vínculo muy especial con Domínguez Brito, quien además de ser una pieza del Opus Dei en el país, es a todas luces “un hombre de la Embajada”, que acepta sin sonrojos visitas tutelares que pisotean soberanía.
La corrupción y la impunidad teatralmente abordadas entre ambos son netamente criollas y es a esta sociedad a la que corresponde sancionarlas y erradicarlas.
Esto no es asunto del imperio, menos de un imperio con un poder más delincuente que todos los Félix Bautista, Díaz Rúa, Pimentel Karen, OISOE y Leonel Fernández (1), juntos y sumados.
Y si ustedes se resisten a creer esta aseveración, yo los invito a leer todos los estudios sobre la cleptocracia gringa, a examinar el saqueo transnacional de las corporaciones estadounidenses, las guerras de rapiñas a cargo del PENTÁGONO, los crímenes de lesa humanidad, las torturas, las conexiones narco-CÍA y el lavado de dinero en los bancos de negocio de EEUU.
Averigüen que hizo Bush padre con el crac y cuál fue el papel de Bush hijo, su equipo y corporaciones preferidas, en las guerras de Irak y Afganitán.
LA MANIOBRA Y SUS FINES
Cierto que aquí no existe sistema de justicia…
Cierto que las “altas cortes”, y buena parte de las medianas y las pequeñas, forman parte del blindaje que protege la gran delincuencia estatal y empresarial.
No es muy diferente, sin embargo, el Ministerio Público que encabeza el Procurador.
Solo que los tribunales son fundamentalmente del ex-presidente Leonel Fernández y las fiscalías son del actual presidente Danilo Medina, confluyendo ambos en el todo poderoso Comité Político del oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que junto a la elite empresarial, fungen de dueños de todo el sistema.
Wally, el embajador, lo sabe y sabe también que Domínguez Brito no escapa a esa realidad, solo que agrega significativas facilidades a los planes coloniales, actuando como socio subalterno de la tristemente famosa “embajada americana”.
En ese contexto el embajador injerencista nos ofrece, a su manera, “justicia gringa” a falta de “justicia criolla”. A saber:
-Cancelaciones de visas.
-Extradiciones selectivas.
-Persecuciones del FBI y la INTERPOL.
-Propuestas de cooperación para “combatir el crimen organizado”, exceptuando naturalmente el que EEUU organiza y ejecuta, y excluyendo siempre sus bandas mimadas y sus corruptos preferidos.
Así las cosas, resulta que quienes se alegran cuando EEUU habla de su supuesta lucha contra la corrupción o cuando cancela visas a delincuentes o pide su extradición, están pecando por lo menos de tontos o de ingenuos.
Esos gestos son simples carnadas para seguir tutelando e interviniendo con la menor resistencia nacional posible, exhibiendo de paso migajas de justicia chueca, falsa, engañosa…
Procuran, además, sentar precedentes para erigirse en calificadores y descalificadores, para perseguir y juzgar a su antojo, a culpables y a inocentes según sus conveniencias.
Sacrifican ex socios delincuentes en decadencia para asumir la prerrogativa de calificar de delincuentes a luchadores y luchadoras contra su régimen de explotación y exclusión. Extienden su selectiva licencia para atacar débilmente cierta corrupción de Estado a la posible persecución y criminalización de sus adversarios políticos.
¡Cuidado!
Mucho cuidado con otorgarle ese permiso y con aplaudir esas poses de Mr. Wally.
A estos gringos no se le puede creer ni un poquito y no se le debe ceder –como decía el Che- “ni un tantito así”.
Imagínense que yo he sido calificado por la CIA y el Departamento de Estado de terrorista, extensiva la acusación a una parte de mi familia.
Imagínense que ellos y el gobierno colombiano me han colocado una ficha azul de la INTERPOL.
A Félix Bautista le quitan la visa por ladrón y a mí no me la dan por comunista, por revolucionario, por antiimperialista consecuente.
Y somos muchos/as los/as que en el mundo estamos en esas condiciones.
A Simón Trinidad lo extraditaron por ser un guerrillero heroico de la FARC-EP y al capo Don Berna por dirigir un narco-cartel y promover junto a la CIA las criminales bandas paramilitares. Ironía de la historia
Wally, que tiene el valor de defender su condición de gay y de enarbolar ese derecho conculcado, porta a la vez la maldad política de pedir mi cabeza, o cualquier otra parecida, al tiempo que le quita la visa y amenaza a extraditar a Félix Bautista (2). Por eso yo no lo condeno por gay pero si por imperialista.
Cultura imperial liberal con la marca de Obama. Algo singular de la gringuería postmoderna, que Domínguez Brito facilita sin dejar de orar.
Funcionario que no actúa, ni en ese ni en otro caso, por cuenta propia; sino por la del Presidente que lo nombró, la de la Embajada que lo acogió en su seno y la del Opus que lo bendijo.