REDACCIÓN. – Todos los años feligreses de la iglesia católica de todas partes del mundo celebran el Miércoles de Ceniza, día que marca el inicio de la Cuaresma, que son cuarenta días de preparación para la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Es una doctrina tradicional de la espiritualidad cristiana que se basa en el arrepentimiento, de alejarse del pecado y volverse a Dios, incluye alguna forma de penitencia, sin la cual al cristiano le es difícil permanecer en el camino angosto y ser salvado.
Este día es como un recordatorio de que la vida es limitada, terrenal y que se acabará. Es significado de que la vida de bendiciones y abundancias se esperará en el cielo. Es por esto que el sacerdote repite “Polvo eres y el polvo te convertirás” y “conviértete y cree en el evangelio”, mientras dibuja en la frente de los cristianos una cruz con cenizas.
Esta ceniza proviene de las palmas del Domingo de Ramos del año anterior. El origen de esta tradición de la iglesia católica está vinculado al judaísmo, al igual que las mayorías de las costumbres de esta religión.
En la antigüedad se cubrían de ceniza si se preparaban para una fiesta importante o habían pecado y representaba el deseo de transformarse de una mala vida a una vida con Dios. Hasta el 384 A.C. esta práctica solo la hacían quienes cumplían alguna penitencia, en esta fecha tomó un carácter generalizado para todos los cristianos.
El Miércoles de Ceniza es el inicio de la Cuaresma, tiempo de reflexión y preparación para la Pasión de Cristo.
Esta época está caracterizada por el ayuno como penitencia y usado para la reflexión por el pecado que se redime a través del perdón otorgado por Jesús.