Santo Domingo.- El sociólogo Juan Miguel Pérez condenó la doble moral presente en los estamentos del Estado dominicano, señalando específicamente las ejecuciones extrajudiciales de delincuentes sin padrinos y la liberación de aquellos involucrados en actos de corrupción. Pérez señaló que las ejecuciones realizadas por las fuerzas de seguridad y la aquiescencia del Ministro de Interior y Policía, Jesús Vásquez, sobre los actos de la Policía son cuestionables.
“En cualquier país con una democracia auténtica hubiera supuesto la renuncia o destitución de una figura de ese rango,” afirmó Pérez, refiriéndose al Ministro de Interior y Policía.
Para el sociólogo, estas acciones evocan los oscuros años de Balaguer, donde las ejecuciones extrajudiciales eran justificadas por altos funcionarios.
Pérez expresó su incredulidad ante el hecho de que un partido que fue víctima histórica de la represión de Balaguer mantenga en su nómina a funcionarios que hacen declaraciones tan siniestras.
“Que un ministro envuelto en un proceso de reforma integral de la policía justifique estas ejecuciones es tétrico y da miedo, especialmente a los jóvenes de nuestros barrios,” sostuvo.
Según Pérez, estas declaraciones otorgan a la policía una “licencia para matar”, socavando cualquier esfuerzo de reforma policial y perpetuando una cultura de impunidad y violencia.
El sociólogo destacó que, históricamente, la policía dominicana ha sido responsable de centenares de ejecuciones extrajudiciales, y que este patrón continúa.
“La sociedad clama por justicia, pero tenemos al jefe de la estrategia policial justificando estos actos y llamando a la sociedad a respaldar esta siniestra misión,” dijo con indignación.Falta de reacción de la sociedadPérez también cuestionó la falta de reacción por parte de la sociedad y de las instituciones académicas y políticas ante estas declaraciones.
“La sociedad está huérfana de portavoces que defiendan a los vulnerables,” lamentó, criticando la falta de oposición a esta política de doble moral. Mientras los delincuentes sin conexiones políticas son ejecutados sumariamente, aquellos involucrados en casos de corrupción negocian su libertad y mantienen sus privilegios.“¿Por qué esa geometría variable de las leyes en nuestro país?” cuestionó Pérez.
“Aquellos con conexiones políticas tienen todo el debido proceso respetado, mientras los infelices no tienen quién proteja sus derechos fundamentales.”Pérez advirtió que estas prácticas regresivas amenazan con desmotivar a la población, especialmente a los jóvenes, alejándolos de la participación cívica y de los debates públicos.
“Esto representa un retroceso a los años de Balaguer, donde la policía nacional era el último bastión del balaguerismo,” dijo. El sociólogo instó a la sociedad a reaccionar y a rechazar estas políticas de doble moral para avanzar hacia una verdadera democracia y justicia social.