SANTO DOMINGO.- Al momento de evaluar a un atleta de cualquier disciplina, son muchos los factores a tomar en cuenta. Sobretodo si este es mencionado como el mejor en su deporte o especialidad.
En cada deporte, podemos mencionar varios individuos que fácilmente encajan en el perfil de «El Mejor de Todos los Tiempos». En el fútbol durante años se mencionó al Edson Arantes do Nascimento, mejor conocido como «Pelé». El hisórico de Brasil puede encajar entre los mejores atletas de la historia.
Nombres como Michael Jordan en el baloncesto, Babe Ruth en el béisbol, Rafael Nadal en el tenis, Tiger Woods en el golf y así aparecerá una gran cantidad de atletas de calidad que encajan entre los mejores de la historia, dentro y fuera de sus respectivos deportes.
Habiendo dicho esto, ¿Hemos evaluado cual de estos ha sido el mejor campeón en su área?
¿Se han preguntado si Michael Jordan, con sus 6 títulos, ha sido realmente el mejor campeón del baloncesto? ¿Ha sido Tom Brady el mejor campeón de la NFL con sus 6 títulos en 9 partivcipaciones en el Super Bowl? ¿Ha sido Muhammad Alí el mejor Campeón Mundial de Boxeo de la historia?
Al cumplirse hoy cuatro años de su partida, es propício evocarlo tal como lo conoció el universo; o sea, El Mejor Campeón Mundial de la Historia, el reivindicador irredento de los derechos de su raza, el deportista símbolo que unió el sueño olímpico con el profesionalismo de la mayor élite y el personaje tratado en 15 libros, 6 documentales, 3 películas y 2 musicales de Broadway. En definitiva, el más grande de todos los tiempos.
Dicen que el 3 de junio de 2016, a los 74 años, un choque séptico provocó su muerte en la ciudad de Phoenix, Arizona.
Es solo parte de la “verdad”, pues después de su penúltimo combate ante el bueno de Larry Holmes, uno de sus sparrings desde el 76 al 79, lo escuchó quejarse y decir: “Perdí porque me dolió mucho la mano, no podía cerrar la derecha…”. La artrosis comenzaba a deteriorarlo mortalmente convirtiendo en innecesaria triste y penosa su ultima pelea ante Trevor Berbick el 11 de diciembre de 1981.
Maldita decrepitud que transformó la más bella estampa del perfecto atleta en la de un anciano balbuceante y tembloroso. Horrible destino el de morir 32 años antes de dejar de existir sintiendo como el maldito Mal de Parkinson tomaba sus emociones, su voz, su paso y su presencia.
Los veinte años anteriores habían sido gloriosos. Luego de obtener la corona frente al temible Sonny Liston (1962) su vida fue el todo mas abarcativo de una terrenalidad necesaria.
Esto le permitió alternar con presidentes norteamericanos como Jummy Carter, Bill Clinton y Barack Obama – los tres Demócratas-, y lideres sociales y religiosos de la talla de Luther King y Malcom X sin por ello alejarse de la cultura popular.
El día que se casó con Verónica Porsche – la segunda de sus cuatro esposas con quienes tuvo once hijos- invitó a su boda en la residencia que por entonces tenían en Fremont, California a Sharon Stone, Michael Jackson, John Travolta, Michele Pfeiffer, Sylvester Stallone, Liza Minelli, Clint Eastwood, Tom Jones y Jane Fonda, entre cientos de enormes figuras, orgullosas de estar con Muhammad Alí.
Son tantos los atributos e historias que podemos resaltar de Alí, que nos faltaría espacio al desribir la grandeza de su impacto en la vida de millones de personas a nivel mundial, por lo que significó en el ring, pero también por quien fue convirtiéndose con el pasar de los años.
A juicio de quien escribe, El Mejor Campeón Mundial de Boxeo de la Historia. Y en este punto, menciono algunos nombres que han sobresalido en la historia de esta disciplina: Mike Tyson, Evander Holyfield, Lennox Lewis, John Ruiz, Michael Moorer entre otros.
