¿Quién ocupará el lugar de René Fortunato?
Ahora que su ausencia se impone con el peso de la historia no contada, la gran pregunta es inevitable: ¿quién ocupará su lugar?
Actualizado: 30 de Julio, 2025, 01:24 AM
Publicado: 22 de Julio, 2025, 12:15 PM
Redacción.- Tras la partida de René Fortunato, no solo ha fallecido un cineasta: se ha silenciado, aunque brevemente, una de las voces más firmes, coherentes y comprometidas con la historia dominicana. Fortunato no fue un simple cronista audiovisual, fue un guardián del pasado, un constructor de memoria, un hombre que hizo del cine un arma para educar, para advertir y, sobre todo, para despertar conciencia.
Desde “Abril: La Trinchera del Honor” hasta “El Triunfo de la Democracia”, René convirtió su visión en una suerte de espejo que nos obligaba a mirarnos sin adornos, sin mentiras, sin excusas. Con su última obra aún en los cines, nos deja un legado que interpela a generaciones: ¿quién tomará ahora su entrega con la misma valentía?, ¿quién narrará nuestro devenir con la misma honestidad?
Porque René no solo contaba hechos, él los vivía. Detrás de cada documental había un proceso riguroso de investigación, una pasión por el detalle, y una voluntad férrea de contar lo que otros preferían callar. Fue una figura incómoda para algunos, venerada por otros, pero jamás ignorada. En él convergieron el artista, el periodista, el maestro y el ciudadano ético. Su compromiso fue radical: morir con las botas puestas, y así lo hizo.
Ahora que su ausencia se impone con el peso de la historia no contada, la gran pregunta es inevitable: ¿quién ocupará su lugar?
Y la respuesta, por dolorosa que parezca, es que nadie puede ocuparlo del todo. Como todo gran referente, su figura es irrepetible. Pero sí puede, y debe, ser inspiración. Lo que René hizo no debe quedar en los anaqueles del pasado, sino sembrarse como semilla en nuevas generaciones de cineastas, periodistas, historiadores y jóvenes inquietos por la verdad.
La historia dominicana aún tiene capítulos que contar, heridas que cerrar y verdades que desenterrar. Que el vacío de Fortunato no se convierta en silencio, sino en un llamado a continuar la marcha, cámara en mano, sin miedo, sin concesiones.
En estos días de duelo, honraremos su memoria no solo recordando sus obras, sino también preguntándonos cada día si estamos haciendo lo suficiente por conocer, defender y preservar nuestra historia. Porque, como él mismo nos enseñó, un pueblo que olvida es un pueblo condenado a repetirse.
René Fortunato no solo hizo historia. Se convirtió en parte de ella.
¿Quién ocupará el lugar de René Fortunato?

