REDACCIÓN. – El naufragio del superyate Bayesian frente a las costas de Sicilia ha desencadenado una investigación por homicidio involuntario y naufragio, centrada en las acciones del capitán neozelandés James Cutfield y otros miembros de la tripulación. El fiscal local ha iniciado una investigación que examinará los momentos previos al hundimiento, incluyendo imágenes de CCTV y testimonios de los sobrevivientes.
El incidente, que ocurrió tras ser golpeado por un mini-tornado, resultó en la muerte de seis pasajeros, incluido el propietario del yate, el magnate tecnológico Mike Lynch. Según informes, el yate no se hundió en cuestión de segundos como se había reportado inicialmente, sino que fue arrastrado durante 16 minutos antes de finalmente sumergirse. Durante ese tiempo, 15 personas, en su mayoría tripulantes, lograron escapar, mientras que los pasajeros fallecidos fueron hallados atrapados bajo cubierta, lejos de sus camarotes.
La fiscalía está evaluando si las decisiones del capitán y la tripulación contribuyeron a la tragedia, particularmente por qué el barco no se encontraba a resguardo en el puerto cuando ocurrió la tormenta. El fabricante del yate, Perini Navi, sostiene que el yate era prácticamente «insumergible» y que la tormenta era previsible, lo que añade presión a la investigación sobre posibles errores humanos.
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