Quinta columnistas pretenden demeritar al gobierno arguyendo falazmente que es de empresarios que sólo defienden a la oligarquía. Algunos, desvergonzados bandidos cuyas aspiraciones de hace dos años sagazmente no complació el presidente Abinader, estarían tranquilitos si les llamaran a sacrificarse por la patria.
Creo preocupante que las mismas claques que, con estribillos en redes y la Plaza de la Bandera, contribuyeron a sacar al PLD del poder, enfoquen sus cañones hacia esta administración que no tiene dos años. Tanta retórica anti-empresarial coincide con el reflujo político mundial contra los ricos, beneficiados por la pandemia y la guerra, mientras la inflación y otras presiones, que causarían una recesión, amenazan el bienestar de las clases medias y las posibilidades de progresar de los pobres.
El BID y el Banco Mundial estudian si la creciente desigualdad en América Latina puede combatirse creando nuevos impuestos a la riqueza, especialmente la ociosa. Temen que los ricos acaparen el crédito bancario, afectando a pobres al dificultar emprendimientos por alzas del interés. Politiquear en base a la lucha entre clases nunca termina bien.