Habitantes de Los Alcarrizos enfrentan largos taponamientos cada mañana. Muchos madrugan desde las 4:00 a.m. y esperan que el metro, proyectado para 2026, alivie su situación.
Santo Domingo.– Un trayecto que en días feriados toma apenas 15 minutos se convierte en una odisea de más de una hora durante la semana laboral. Así lo viven miles de residentes de Los Alcarrizos, quienes enfrentan largos y desesperantes tapones cada mañana para llegar al kilómetro 9 de la Autopista Duarte.
La congestión vehicular obliga a muchos ciudadanos a levantarse incluso antes de las 4:00 a.m. para poder abordar los primeros vehículos de transporte público rumbo al Distrito Nacional. “Hay que planificarse. A las 5 de la mañana ya no se puede salir, el tapón es imposible”, comenta un residente afectado.
Otros usuarios narran que, para llegar puntuales a sus empleos o centros educativos, deben salir con dos horas de antelación. “Si tengo que estar en un sitio a las 8, me voy a las 6, y aún así llego justo”, explica un padre de familia.
Consciente del impacto que tendría un sistema de transporte masivo eficiente, la comunidad espera con ansias la finalización de la Línea 2C del Metro de Santo Domingo, actualmente en construcción.
El proyecto, iniciado en febrero de 2022, conectará Los Alcarrizos con la estación María Montez en el kilómetro 9, y contempla una inversión de 500 millones de dólares.
La obra está programada para entrar en funcionamiento en febrero de 2026, según informaron las autoridades. Muchos vecinos ven en este sistema no solo una solución a los tapones, sino también una forma de reducir los costos diarios de transporte.
Mientras tanto, la rutina de madrugar y enfrentar largos taponamientos sigue marcando el ritmo de vida de miles de personas que, día tras día, luchan contra el caos vehicular de la capital.
Además del tiempo perdido, muchos denuncian el aumento en los costos de transporte informal que surge como alternativa ante la falta de opciones eficientes.
Motoconchistas, taxis y vehículos privados suelen duplicar sus tarifas en horas pico, afectando directamente la economía de las familias trabajadoras. La llegada del metro, afirman, podría marcar un antes y un después en la calidad de vida de toda la zona.