Plan de adaptación y desarrollo sostenible en República Dominicana
Santo Domingo.– El cambio climático ya está dejando huellas visibles en la República Dominicana, desde la erosión de playas y el aumento del nivel del mar hasta la afectación de ecosistemas costeros y comunidades vulnerables.
Durante el conversatorio “La Niñez y el Cambio Climático: En el evento “Visibilizar para proteger”, organizado por UNICEF y el CNCCMC, se ofreció una amplia exposición sobre los principales desafíos ambientales que enfrenta el planeta y las acciones que la República Dominicana impulsa para reducir sus emisiones y fortalecer su resiliencia.
Se explicó que el aumento del nivel del mar no solo se debe al derretimiento de los glaciares, sino también al calentamiento de los océanos, lo que genera graves impactos sobre la biodiversidad marina, los ecosistemas costeros y la disponibilidad de alimentos.
La acidificación de los océanos está destruyendo los corales, provocando erosión de playas y afectando zonas turísticas como Cabarete o La Caleta, donde ya se observan los efectos del deterioro costero.
Asimismo, el cambio climático altera los eventos extremos —huracanes, sequías, tormentas— y hasta modifica el comportamiento de insectos y vectores de enfermedades.
“Ya hay mosquitos en Islandia, algo impensable hace pocos años. Si eso ocurre allá, ¿qué queda para Jarabacoa?”
Guédez hizo un recorrido histórico desde la Cumbre de Estocolmo (1972), que dio origen a los grandes debates ambientales, hasta la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), adoptada en 1992 y ratificada por 198 países.
Explicó que de esa convención surgieron instrumentos internacionales como el Protocolo de Kioto y el Acuerdo de París (2015), mediante el cual los países se comprometen a reducir sus emisiones a través de las llamadas Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC).
En el caso de la República Dominicana, Guédez recordó que el país presentó su primera NDC en 2016 y la actualizó en 2020, fijando una meta de reducción del 27% de emisiones de gases de efecto invernadero para 2030.
De ese total, un 20% está condicionado al financiamiento internacional, mientras que el 7% restante corresponde a compromisos nacionales.
Se destacó que, para un país altamente vulnerable como la República Dominicana, la adaptación al cambio climático es una prioridad nacional.
La existencia del Plan Nacional de Adaptación, instrumento que orienta las acciones del Estado frente a fenómenos como el aumento del nivel del mar o la variación de las lluvias.
“En provincias como La Vega o María Trinidad Sánchez se prevé un aumento del 10% en las precipitaciones hacia 2050, lo que obliga a planificar respuestas concretas.''
Se subrayó la importancia de promover un consumo responsable y estacional de los alimentos, reducir el uso de pesticidas y combustibles fósiles, y fortalecer la educación ambiental desde las comunidades y las escuelas.
El país participa en iniciativas internacionales como el Energy Transition Accelerator (ETA), impulsada por la Fundación Rockefeller y grandes corporaciones, que promueven la compra de reducciones de emisiones en países en desarrollo.
Para ello, se destacó la importancia de la transparencia climática, que garantiza la trazabilidad y credibilidad de los proyectos de mitigación.
“El que da el dinero pone la música, pero es necesario insistir en la justicia climática: los que más contaminaron deben asumir mayor responsabilidad”.