Cada presidente posee su estilo y una seña es su gabinete. Jorge Blanco tuvo un gabinete de lujo, pero terrible balance. P. R. Thompson decía que emulaba al caballo que desentierra piedras por el mero gusto de tropezar. Balaguer designaba a médicos con fama de brujos, a políticos sin destrezas financieras y a jóvenes sin experiencia ni estudios. Abinader tiene un gabinete con “de todo, como en botica”.
Juzgando por sus resultados, hay varios ministros y funcionarios con extraordinario desempeño. El de Turismo ha logrado el milagro de resucitar el flujo de visitantes, 124 % más que en 2021 en el primer trimestre del año (aunque todavía menos que en 2019, antes de la pandemia). El gobernador del Banco Central gestionó la proeza de preservar, en una situación impredecible y volátil, la estabilidad monetaria (hasta con apreciación del peso). La vicepresidente Raquel Peña lidera admirablemente y con buenos resultados el manejo de la pandemia por el sector salud.
Hay otros cuyos nombres mucha gente ni sabe o si los conoce es por malos. Quizás sólo el tiempo dirá el resultado colectivo.
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