La especialista indicó que muchos episodios de maltrato o negligencia no se detectan en el momento y solo salen a la luz tiempo después, cuando el niño logra expresarlo.
Santo Domingo.– Con la llegada de las vacaciones escolares y las celebraciones de Navidad y fin de año, especialistas advierten sobre el aumento de riesgos para niños y niñas, debido a la pérdida de rutinas, la sobreestimulación y la disminución de la supervisión adulta en espacios familiares y comunitarios.
La doctora Rafaela Burgos explicó que este periodo suele ser especialmente complejo, ya que los adultos se concentran en la organización de cenas, reuniones y actividades festivas, lo que puede generar “vacíos de atención” hacia los menores.
“Es una etapa en la que se rompen horarios, se cambia de ambiente constantemente y se comparte con muchas personas que no forman parte del entorno habitual del niño. Todo eso incrementa el riesgo de accidentes, negligencia y situaciones de vulnerabilidad”, advirtió.
Burgos señaló como un factor crítico la presencia del alcohol, tanto por el consumo de los adultos como por la peligrosa normalización de que los niños tengan contacto con bebidas alcohólicas, incluso presentándolo como una broma.
La especialista indicó que muchos episodios de maltrato o negligencia no se detectan en el momento y solo salen a la luz tiempo después, cuando el niño logra expresarlo.
Otro elemento de preocupación es la falta de espacios adecuados para el esparcimiento infantil durante las vacaciones. Según Burgos, en lugar de parques y áreas seguras, muchos niños permanecen expuestos en calles y colmados, donde el consumo de alcohol es constante.
Mencionó como ejemplo actividades comunitarias donde los adultos pasan largas horas bebiendo en espacios públicos, mientras los niños permanecen cerca, expuestos a situaciones inapropiadas y a personas con las que no existe un vínculo de confianza.
La doctora hizo un llamado urgente a los padres y cuidadores a no relegar el bienestar de los niños durante las festividades.
“El cuidado de los niños no puede posponerse para después de la fiesta. No es el niño quien debe adaptarse al contexto, es el contexto el que debe adaptarse a las necesidades del niño”, enfatizó.
Recomendó mantener, en la medida de lo posible, las rutinas de sueño, garantizar supervisión constante, evitar la exposición a alcohol y fuegos artificiales, y crear condiciones para que los menores puedan descansar a tiempo.
Lamentó la ausencia de campañas nacionales preventivas enfocadas en el cuidado infantil durante las fiestas, a pesar de que cada año se reportan casos de accidentes e intoxicación alcohólica en menores.
“Disfrutar de las festividades es un derecho, pero nunca debe hacerse a costa de la seguridad de nuestros hijos”, concluyó.