Anteriormente los padres y las madres asistían a la terapia a llevar a sus hijos que se portaban mal, los señalaban, los criticaban y hasta atribuían su conducta a enfermedades, poderes ocultos y espíritus malignos, pues decían que no entendían el comportamiento de sus vástagos con padres tan honorables como ellos.
Hoy la situación ha cambiado, los padres y las madres en su gran mayoría asisten en una actitud más reflexiva, planteando la situación desde un punto de vista más integral, más humano, más humilde y hasta preguntándose ¿qué hemos hecho para que las cosas tengan este resultado?
Creo que esta es la pregunta clave que tendrían que hacerse nuestros honorables diputados en relación a nuestros adolescentes y jóvenes, este es el inicio de la cuestión, pues sería lo mismo que un padre borrachón le preguntara a su hijo por qué consume tanto alcohol o que una madre que grita al corregir a sus hijos le preguntara a uno de ellos por qué le habla tan mal a sus hermanos.
Los adultos de hoy le hemos legado a nuestros jóvenes justo esta sociedad de la que tanto nos quejamos, esto es lo que hemos construido para ellos y nadie nos ha castigado, todo lo contrario, como en este caso, nos sentimos dioses para levantar el dedo y señalar a los jóvenes que solo están haciendo uso del regalo que le hemos entregado.
Los honorables diputados no se han detenido a pensar por un momento en si les estamos ofreciendo a los jóvenes las posibilidades de desarrollo y las oportunidades que ellos como dependientes de los adultos tienen el derecho de recibir. Al igual que el diputado que sedujo a una menor, no se han enterado los miembros de la cámara baja que hay una legislación nacional y acuerdos internacionales sostenidos en las condiciones de vulnerabilidad de los adolescentes y jóvenes que obliga a las sociedades y los Estados a garantizarles las posibilidades de desarrollo y crecimiento sano a estos ciudadanos.
Tampoco se tomaron el tiempo los honorables diputados de buscar las experiencias de otros países en este sentido o los estudios e investigaciones en esta área. De haberlo hecho hubiesen comprobado que no hay ninguna seria que apoye su decisión. Con tanta tecnología a la mano es una pena que no lo hayan ni si quiera intentado. Imposible decir que consultaran a organismos internacionales, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales en el país que tienen años y décadas trabajando con el tema y que sencillamente son descalificados frente a decisiones como estas ya que una sola consulta habría bastado para que la decisión fuera diferente.
Tengo en el consultorio de psicología a cantidad de padres y madres que buscan información, leen libros de auto ayuda, le preguntan a otros padres, escuchan programas donde reciben información o asisten a talleres y conferencias, si de manera personal ya los dominicanos y dominicanas hemos entendido que no lo sabemos todo, creo que llegará el momento en que nuestros dirigentes, de todos los niveles, replicaran esta conducta y las cosas cambiaran, yo tengo fe de que así como lo he visto en la consulta profesional lo veré como ciudadana dominicana.
Twitter: @solangealvara2
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