Autoridades deportivas y equipo de Matanzas decidieron suspender el encuentro tras el saqueo.
Matanzas, Cuba.– La crisis económica cubana ha alcanzado un nivel tan insólito como doloroso: ya no solo se roba en casas, bodegas o calles oscuras, sino también en los propios dugouts de la Serie Nacional, ese templo sagrado del pasatiempo nacional.
El partido entre los Cocodrilos de Matanzas y los Toros de Camagüey fue suspendido de manera inmediata tras un saqueo perpetrado dentro del estadio contra los peloteros matanceros.
La dirección del equipo, en coordinación con las autoridades deportivas, decidió suspender el encuentro al considerar imposible exigir rendimiento a jugadores que acababan de ser víctimas de un acto que violenta su dignidad y su espacio más íntimo.
Que hoy se robe en los vestuarios de los peloteros de la Serie Nacional no solo habla de delincuencia: revela hasta qué punto la necesidad y la desesperación han cruzado líneas que antes parecían intocables. El dugout, antes refugio de estrategia y camaradería, se transforma ahora en escenario del colapso cotidiano. En Cuba, al parecer, ya no hay terreno sagrado… ni siquiera donde se juega la pelota.