1.- Por la agitada vida a que está sometido nuestro pueblo, muchas veces deja pasar cosas que son de satisfacción para el ser humano, de ahí que cuando recibimos un bonito detalle, por pequeño que sea, nos sentimos regocijados.
2.- Recientemente, con motivo de mi aniversario de cumpleaños, recibí de Rolando Bretón, histórico militante revolucionario, una agradable cartita, en la cual trae a mi memoria actividades políticas en las cuales ambos participamos, desde los primeros años de la década del sesenta del siglo pasado.
3.- Rolando, muy bien conoce de acciones en las cuales participé, y hoy solamente son episodios que forman parte de la lucha de dominicanos y dominicanas por alcanzar una real democracia.
4.- Confieso que me sentí vivamente emocionado al leer la cartita que me remitió Rolando, particularmente cuando se refiere a mi época de juventud, la brega por los derechos de la clase obrera y de los campesinos sin tierra.
5.- En una sociedad como la dominicana de hoy, en la cual abundan los farsantes, desleales e ingratos, y otros tantos de igual pelaje, contar con amigos como Rolando Bretón, nos dice que no todo está perdido.
6.- La actitud sincera de Rolando, me lleva a confirmar la idea de que en la actualidad, a los amigos hay que pesarlos, no contarlos.
7.- Por lo degradada que está la sociedad dominicana, toda persona que aquí habita, debe estar preparada para espiritualmente mantener su estado de ánimo como un yoyo, en un constante balanceo, columpiándose, en culebrilla.
8.- Por muy rebosante de alegría que un dominicano o una dominicana cualquiera quiera pasar su día, de un momento a otro aparece un malvado y le cambia hasta el deseo de vivir, convirtiéndole el momento de optimista a pesimista.
9.- Aquí, en nuestro país, deben considerarse afortunados, más que suertudos, aquellos que tienen la dicha de pasar un momento de su existencia jovial, algo divertido, como me sentí al recibir la misiva de Rolando.
10.- La comunicación de Rolando Bretón, la valoro mucho, porque proviene de una persona que tiene una gran sensibilidad; es un luchador político y social de toda la vida y, además, conoce lo que ha sido mi vida en el quehacer político.
11.- Para concluir estas líneas, solamente me resta decir: Rolando, gracias.