São Paulo.– El Ejército de Brasil sancionó a 17 militares por «fallos» de conducta y «errores de procedimiento» en los procesos de control del armamento, tras el robo en una base militar del estado de São Paulo de 21 metralletas de gran calibre, informó este jueves la institución.
El grupo de militares, que incluye a oficiales, fue sancionado con penas de entre uno y 20 días de prisión disciplinar, de acuerdo al comunicado del Comando Militar del Sudeste, responsable de la base de Barueri, donde fueron sustraídas las armas.
Ahora le compete al Ministerio Público Militar decidir qué delitos atribuye a los sospechosos, que pueden incluir los de malversación, robo y extravío, según señaló la institución en un comunicado.
De las 21 metralletas perdidas, 17 ya han sido encontradas en los estados de São Paulo y Río de Janeiro, nueve de ellas de calibre 50, de uso exclusivo del Ejército y capaces de derribar aviones, y ocho de calibre 7,62.
La institución ha afirmado que dedica «todos los esfuerzos» a la recuperación del armamento faltante.
Después de que se detectara el robo durante una revisión hace más de dos semanas, a los casi 500 soldados de la base se les confiscó los teléfonos celulares y se les prohibió salir del cuartel, lo que llevó a las quejas de sus familiares.
Aunque el Ejército informó desde un inicio de que las metralletas eran inservibles, el robo despertó la alarma de las autoridades civiles ante la posibilidad de que un armamento con tanto poder de fuego pudiese acabar en manos del crimen organizado.
Las 21 armas desaparecidas representan el mayor «desvío» de arsenales públicos desde 2009, según el Instituto Sou da Paz, una ONG que estudia la violencia en Brasil y denuncia desde hace años los controles «precarios» sobre los almacenes militares y de la Policía.
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