Se cumple un año del devastador incendio que dejó 102 muertos en Grecia

El nuevo primer ministro desde hace dos semanas, el conservador Kyriakos Mitsotakis, visitó hoy Mati, donde acudió a un servicio religioso en recuerdo de las víctimas mortales del fuego que dejó este paraíso estival reducido a cenizas.

ATENAS.- Este martes se cumple un año del devastador incendio que asoló la localidad costera de Mati y se cobró la vida de 102 personas a apenas 30 kilómetros de la capital griega, Atenas, pero nada parece haber cambiado en la zona, aún poblada de esqueletos de edificios y vastas extensiones quemadas.

Los griegos tienen el recuerdo de la tragedia muy fresco y aún reprochan a las instituciones y al Gobierno, entonces liderado por el izquierdista Alexis Tsipras, la mala gestión de la emergencia, y reclaman las ayudas para las víctimas que les prometieron y que en su mayoría no han llegado.

El nuevo primer ministro desde hace dos semanas, el conservador Kyriakos Mitsotakis, visitó hoy Mati, donde acudió a un servicio religioso en recuerdo de las víctimas mortales del fuego que dejó este paraíso estival reducido a cenizas.

La tarde del lunes prometió durante la última sesión de debate de investidura que desbloquearía las reparaciones y subvenciones que un año después aún no se han repartido.

Las medidas, que entrarán en vigor el próximo mes de agosto, incluyen el desbloqueo de ayudas por valor de 31 millones de euros y el acceso gratuito a atención médica y medicamentos para aquellos que sufrieron quemaduras graves, en respuesta a los informes que indican que muchas víctimas no han recibido los tratamientos que necesitan en el Organismo Nacional de Salud (Eopyy).

Según Mitsotakis, más de 4.300 vecinos que perdieron sus hogares en las llamas no tendrán que pagar el impuesto unificado sobre los bienes inmuebles (ENFIA) durante los próximos cinco años.

Además, se destinarán 20 millones de euros para reconstruir la zona, algo en lo que en los últimos doce meses apenas se ha avanzado y que ha dejado a muchos residentes rodeados del recuerdo vivo de la tragedia.

El devastador incendio comenzó el 23 de julio de 2018 y fue uno de los más mortíferos a nivel mundial del siglo XXI.

Aquel lunes de julio había varios focos prendiendo por toda Grecia, pero la mayoría de equipos estaban centrados en un gran incendio registrado en un bosque del monte Kineta, a unos 50 kilómetros al oeste de Atenas.

Cuando los fuertes vientos cambiaron repentinamente de dirección y se propagaron con gran rapidez en el área que comprende el puerto de Rafina, a unos 30 kilómetros al este de la capital, donde se ubica Mati, el epicentro de la tragedia, y Nea Makri, la lentitud de la respuesta y la violencia del fuego dejó atrapadas a cientos de personas en sus casas o mientras intentaban huir en sus automóviles.

Otros tantos lograron llegar al mar, donde tuvieron que esperar durante horas ser rescatados mientras observaban las llamas arrasar todo a su paso en apenas hora y media.

Uno de los motivos que adujeron los expertos para explicar el gran número de muertos fue la falta de planificación urbanística, con muchas edificaciones ilegales pegadas unas a otras, sin apenas calles que permitan cruzar el pueblo de forma transversal, lo que hizo de Mati un cuello de botella.

La Fiscalía de Atenas abrió sumario el pasado marzo contra una veintena de cargos públicos para esclarecer su responsabilidad en la tragedia, entre los que figuran la expresidenta del Gobierno regional de Ática Rena Duru, dos alcaldes de los municipios afectados y varios altos oficiales del cuerpo de Bomberos y Protección Civil.

Después del trágico suceso, el Gobierno anunció que regularizaría las edificaciones ilegales -frecuentes en todo el país- para evitar más catástrofes, pero en el año transcurrido los griegos sienten que el avance ha sido mínimo y temen que en cualquier momento las cenizas puedan volver a cubrir el cielo y sus vidas.