Como sucedió el martes y el miércoles, ninguna de las dos propuestas consiguió el respaldo necesario de los 60 senadores para salir adelante.
Washington. – El Senado de Estados Unidos volvió a rechazar este viernes dos propuestas presupuestarias, una presentada por los republicanos y otra por los demócratas, que buscaban poner fin al cierre del Gobierno federal iniciado el pasado miércoles.
Como en los días previos, ninguna de las iniciativas alcanzó los 60 votos necesarios para su aprobación. La propuesta republicana fue rechazada con 54 votos en contra y 44 a favor, mientras que la demócrata obtuvo 52 votos en contra y 46 a favor.
Dos senadores demócratas, John Fetterman (Pensilvania) y Catherine Cortez Masto (Nevada), rompieron la disciplina partidaria y votaron a favor de la propuesta republicana, al igual que el senador independiente Angus King (Maine), como ya lo habían hecho en votaciones anteriores.
En contraste, el senador republicano Rand Paul (Kentucky) votó en contra del plan impulsado por su propio partido.
La falta de acuerdo entre los legisladores extiende el cierre del Gobierno, dejando a múltiples agencias federales cerradas y a cientos de empleados sin poder trabajar.
No se prevén nuevas votaciones ni durante el resto de la jornada ni en el fin de semana, por lo que, salvo cambios de último momento, el Gobierno federal seguirá paralizado hasta el lunes.
Los demócratas condicionan su apoyo al plan republicano a que se renueven los subsidios del programa sanitario Obamacare, que expiran este año, y a que se revoquen los recortes en salud establecidos en la ley presupuestaria promovida por el expresidente Donald Trump, conocida como Big Beautiful Bill.
Los republicanos, por su parte, acusan a los demócratas de querer cerrar el Gobierno intencionadamente y de buscar otorgar atención médica a inmigrantes indocumentados.
Aunque los republicanos controlan el Senado, la Cámara de Representantes y la Casa Blanca, los demócratas están utilizando su minoría en la cámara alta para presionar al oficialismo, que requiere al menos siete votos demócratas para alcanzar el umbral de 60 votos.
Mientras tanto, el presidente ha amenazado con reducir la administración pública y ha ordenado a la Oficina de Gestión y Presupuesto que identifique programas no esenciales para iniciar despidos, en caso de que el cierre se prolongue.