En estos últimos 20 años se han venido cumpliendo profecías y ocurriendo señales, que de acuerdo a La Santa Biblia, algo grande le espera a la humanidad. Estas señales, son un preludio de la promesa que anhelan los cristianos, como es el arrebatamiento de la Iglesia de Cristo al hogar celestial y el disfrute de un cielo y tierra nuevas donde mora la justicia.
Luego, por causa de la rebeldía del hombre, inspirada por Satanás en contra de Dios, se producirán acontecimientos y juicios que darán al traste con este mundo, según se revela en el canon sagrado.
Durante su ministerio terrenal, Jesucristo manifestó a sus discípulos y, por ende, a todos los cristianos a que “no se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed en mi. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez y os tomaré a mi mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”, (Juan 14:1-3).
Al referirse a estos tiempos, Jesús dijo: “Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis. Porque se levantarán nación contra nación y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares”, (Mateo 24: 4-7). “Y habrá terror y grandes señales en el cielo”, (Lucas 21:11).
Y añadió que “entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán sobre la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas”, (Lucas 21:25-26).
En cuanto al mensaje de salvación, Cristo manifestó: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”, (Mateo 24:14). “Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria. Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”, (Lucas 21:27, 33).
En cuanto a las señales en el sol, en éste se producen explosiones constantemente, que los astrofísicos llaman “manchas solares”. El pasado 22 de enero del 2010 el observatorio espacial Tesis, localizado en Rusia, registró 22 explosiones en el sol, la cifra más alta de los últimos cinco años, según los datos publicados por el Instituto de Física ruso Lebedev que recoge la agencia Ria Novosti. Este número de explosiones es igual al total de llamaradas solares que se observaron en todo el año 2009. En este mes de enero, del 2012 comenzaron de nuevo a observarse las explosiones solares, las cuales entorpecen las ondas radioeléctricas.
Por otro lado, en tiempos relativamente recientes, se han producidos grandes conflictos bélicos como la primera y segunda guerras mundiales, las de Korea y Vietnam, la del golfo Pérsico, la de Irak e Irán, la de Rusia y Afganistán, la intervención de Estados Unidos en Irak, que produjo la caída de Sadán Hussein, costando millones de vidas humanas y pérdidas materiales incalculables. Hemos presenciado la caída de varios dictadores en la denominada “primavera árabe”. Otros sangrientos conflictos se han producido en Somalia, Biafra y en otros países africanos, así como la guerra en Los Balcanes.
En cuanto a las amenazas de guerra, en el Oriente Medio, en estos tiempos se mantiene una permanente tensión entre Israel y los países árabes, tras la guerra de los seis días, así como entre Estados Unidos e Irán; éste último país pretende cerrar el Estrecho de Ormuz, por donde pasa el 42 por ciento del petróleo de los productores árabes, como respuestas a las naciones europeas, en caso de aplicar más sanciones, por la supuesta fabricación de armamentos nucleares. Los norteamericanos advirtieron a Irán que no permitirán el cierre de ese estrecho, aumentando la tensión en la zona.
Terribles terremotos y tsunamis se han producido en estos tiempos en Turquía, China, Taiwán, Chile, Haití, Japón y en países del Asia Sur-oriental, que han dejado una secuela de muertes y destrucción incalculables. Y en estos últimos días se han registrado varios sismos en distintos puntos del país que mantiene a la población dominicana bajo un estado de angustia.
Veamos qué otras menciones tiene la Biblia en referente al sol: En Apocalipsis 16:8-9: “El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, al cual fue dado quemar a los hombres con fuego. Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios”. La enorme apertura de la capa de ozono que nos protege de los rayos ultravioletas ha aumentado la temperatura global, dando lugar al derretimiento paulatino de los caquetes polares, los fiordos y de la nieve de las montañas.
En relación al sol, la Biblia indica que posteriormente se oscurecerá. Dice Apocalipsis 8:12, así: “El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que se oscureciese la tercera parte de ellos, y no hubiese luz en la tercera parte del día, y asimismo de la noche”. A cada momento somos testigos de eclipses lunares y solares.
En cuanto a las enfermedades, actualmente la humanidad está siendo azotada por el SIDA, el cólera, el cáncer, la fiebre aviar y porcina, el ébola, así como otras pandemias. También se registran hambrunas en Somalia, y en otras naciones africanas, en Korea del Norte, en Bengladesh y en extensas zonas de la India.
Al respecto, Jesús dijo: “De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”, (Mateo 24:32-35).
En cuanto al arrebatamiento de la Iglesia, formada por los nacidos de nuevo, y el advenimiento de Cristo, el mismo dijo: “Pero del día ni la hora nadie sabe, ni aún los ángeles de los cielos, sino mi Padre. Más como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre”, (Mateo 24:36-39).
Debido a esto, unos dicen: “Con mayor certeza el fin del mundo se acerca”, otros “preparémonos para la tribulación y el juicio de Dios sobre la tierra”, otros dicen “estas son señales que nos avisan que la venida del Señor está cerca, otros dicen confiados, “pronto seremos arrebatados junto con todos los que están en Cristo, para salvación eterna”.
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