REDACCIÓN INTERNACIONAL.- ¿Puede haber señales que nos alertan de la presencia de problemas que pueden derivar en un ataque cardiaco? El ataque cardiaco, también conocido en términos médicos como infarto de miocardio, se produce por la obstrucción de una arteria coronaria (los vasos sanguíneos que llevan sangre oxigenada al corazón). Tal y como nos detalla el doctor José Luis Merino Llorens, cardiólogo en la Clínica Santa Elena y el Hospital Universitario La Paz de Madrid, y miembro del Top Doctors, esta obstrucción puede ocurrir de forma súbita al formase rápidamente un coágulo que ocluya por completo la arteria, o de forma más progresiva por formarse un coágulo no completamente oclusivo inicialmente o por el acúmulo progresivo de colesterol en ese punto.
“Al ir reduciéndose el calibre de la arteria hay momentos, sobre todo cuando el paciente hace ejercicio o está sometido a estrés, que su corazón demanda más sangre y oxígeno, los cuales no pueden llegarle por esa disminución de calibre o estrechez. Eso llevo a que el corazón ‘se queje’ en forma de síntomas”, añade.
¿Cuáles son esos síntomas o señales?
-El especialista nos detalla que los síntomas más frecuentes son dolor o molestias en el centro del pecho que típicamente se definen como “opresivos” (como si nos apretaran en el pecho) y que a veces se irradian a la cara interna del brazo izquierdo.
-Otras veces el dolor puede aparecer entre las dos escápulas o ser mínimo y ser más aparentes otras molestias, como sudoración, náuseas o falta de aire.
–La molestia tiene una duración mínima (es excepcional que duren menos de 1 minuto) y suelen ceder en menos de 30 minutos. Cuando exceden ese tiempo ya no estaríamos hablando de síntomas premonitorios (lo que se conoce como angina de pecho), sino síntomas ya de infarto o ataque cardiaco.
Le planteamos si dichos síntomas difieren en función del sexo y nos detalla que son muy parecidos entre ambos sexos, aunque en las mujeres son más frecuentes las manifestaciones infrecuentes como la falta de aire.
Semanas antes
Una de las dudas que surgen entre muchas personas es si pueden aparecer incluso semanas antes de que se produzca el accidente cardiovascular. El doctor confirma que así es. “Pueden aparecer semanas antes, considerándose hasta un mes el tiempo en que los síntomas están en relación con un posible ataque en ciernes (es lo conocido como angina inestable). Sin embargo, el ataque a menudo es sin síntomas previos premonitorios”, nos cuenta el doctor Merino Llorens.
¿Cuándo conviene consultar al médico?
Hay que estar, por lo tanto, alerta, para consultar a nuestro médico en el caso de tener alguno de dichos síntomas. “Se debe consultar siempre que se sospeche que se tienen estos síntomas. La detección a tiempo puede evitar el ataque cardiaco con medicaciones o incluso con un cateterismo que quite la estrechez en la arteria”, puntualiza el experto.
Pero claro, son señales que pueden confundirse con otras patologías, lo cual, en ocasiones, dificulta que podamos identificarlas. “Efectivamente, el mayor problema es que estos síntomas frecuentemente se confunden con otras patologías habituales como dolores osteomusculares o incluso producidos por ansiedad”, manifiesta el cardiólogo.
Detección precoz
Y esto interfiere con una de las claves para prevenir los problemas cardiacos, el diagnóstico precoz, que se convierte en un aliado fundamental. “Como se ha comentado, el diagnóstico precoz es fundamental para recibir un tratamiento precoz y evitar presentar un ataque cardiaco. Un ataque cardiaco o infarto cardiaco implica que parte del corazón se muere o necrosa, lo que puede llevar si es muy grande a la muerte al paciente o a importantes limitaciones para su vida futura. Incluso, aunque esta parte no sea extensa en los primeros momentos del ataque pueden aparecer arritmias graves que lleven a un paro cardiaco”, nos detalla.
Factores de riesgo
Le planteamos, por último, si hay personas con un mayor riesgo de padecer un problema de este tipo. Y confirma que así es: “Efectivamente hay personas con mayor riesgo y son las que presentan lo que conocemos como factores de riesgo para ello, fundamentalmente la edad (es excepcional presentar un ataque cardiaco por debajo de los 40 años), el tabaco, la hipercolesterolemia, la diabetes y los antecedentes familiares de problemas similares”.
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